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Mis piernas se encontraban inquietas mientras mis labios juntos estaban. Ojos llenos de timidez. Sonrisa nerviosa. Miré hacía abajo para asegurarme de que mi atuendo se viera en perfectas condiciones y una vez que estuvo todo en orden, solté el poco aire que había dentro de mis pulmones y cerré mis ojos por un momento.

Podía sentir como la voz grave proveniente de los grandes parlantes que se encontraban plasmados por todo el anfiteatro llenaban mis oídos hasta su última parte y el silencio de las demás voces reinaba por todo el lugar. Era lo típico en una ceremonia de graduación quedarse callado y llenarse de lágrimas mientras uno de tus compañeros subía al escenario y decía el discurso de fin de año. Mirar a Ian hacerlo me había hecho estremecer de pies a cabeza; sin embargo, sus ojos se llenaron de lágrimas en cuanto iba a mitad del diálogo. Los recuerdos en la preparatoria inundaron mi mente de inmediato y negué con mi cabeza. Había pasado tantas cosas en estos últimos tres años y con tanto, por parte, me refería a Jimin, quien esté año había estado presente en mi vida como algo fundamental para mí, porque realmente lo era.

Y sonreí como un estúpido cuando la imagen del pelinegro presentándose ante nuestros compañeros llegó a mi mente sin siquiera pedirme permiso. Quien iba a pensar que ese chico tímido tendría que atravesar algo tan fuerte y vivir con ello, quien iba a pensar que yo me iría a enamorar tan fuerte de aquel como si fuera el ultimo día del mundo para vivir; y quien iba a pensar que yo sería la razón por la cual sonreía todo el tiempo. Mirándolo de reojo, mordí mis labios. Park Jimin estaba al otro lado de la fila de asientos. Cada uno estábamos sentados por apellido. Realmente me hubiese gustado estar a su lado para sentirme cómodo y seguro, con Jimin a mi lado yo sentía seguridad.

Después del discurso, una oleada de aplausos se escuchó y varias lágrimas salieron del rostro de nuestros compañeros y compañeras. Hoseok sollozaba fuerte mientras abrazaba mi brazo y escondía su rostro en el hueco de mi cuello. Taehyung miraba al piso y sostenía la chaqueta de mi mejor amigo. Yo me encontraba mirando al micrófono vacío y tragué en seco. No podía creer que hoy era exactamente mí último día como estudiante, después de todo lo que pasé, tanto trabajo y...

-Tenemos el agrado de invitar a nuestro alumno, Jeon Jungkook, a recibir un agradecimiento por haberse destacado con su promedio, comportamiento y carisma en estos tres últimos años.

Lo primero que sentí en ese momento fue la fuerte mano de Jung Hoseok golpearme la espalda y sonreír grande mientras sus ojos se llenaban de orgullo. Los aplausos de elogios se escucharon mientras subía escalón tras escalón al escenario. No estaba ni siquiera informado que esto me podría haber sucedido a mí, no lo creía. Desde que mi rivalidad por Park Jimin había comenzado, pensaba que el pelinegro sería merecedor de aquel agradecimiento. Fue allí cuando mi corazón pareció detenerse por completo y el anfiteatro se hizo grande, tan grande que parecía que todos estábamos flotando en el espacio. Mis mejillas rojas estaban, mis labios secos y mi cuerpo deteniéndose por completo.

Miré a todo el mundo delante de mí, todos mirándome a mí, algo lógico, estaba en frente de ellos parados en el escenario tras haber recibido un diploma de honor, una medallita con el logotipo del colegio y un gran ramo de flores y...¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? todos estaban en silencio esperando por algo, pero yo no sabía que era ese algo. Mi cuerpo estaba paralizado y mi boca temblaba, el aire me faltaba.

Necesitaba fuerzas para esto. Dios, estaba haciendo el ridículo ante mi preparatoria. Pero estar en frente de todos me inundaba pánico. Necesitaba ayuda o algún tipo de consuelo desde lejos.

Con la boca abierta y sujetando fuertemente el ramo de flores, busqué a mi papá en las gradas. No lo encontré. Había olvidado por completo que seguramente ahora mismo estaría firmando papeles tras papeles al otro lado del mundo. A pesar de que ya me había disculpado con el la semana pasada y que entre nosotros dos ya estaba todo bien, era imposible que papá háyase venido a mi ceremonia de graduación. Me había acostumbrado a tenerlo cerca en momentos importantes como este, sacándome fotos, sonriéndome y aplaudiendo como el padre orgulloso que era. Me sentí sólo en el mundo al no encontrarlo. Vacío y deshecho. Después de todo aún seguía siendo un chico mimado. Eso era lo que Jeon Jungkook era. Tan egoísta.

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