De: user0012345@hotmail.com
Para: hottie-sunshine@hotmail.com
Asunto: Mi nombre no es importante y mis intenciones son las que tú quieras ver.
El chico duda. Es normal. ¿Por qué no dudar de un completo desconocido? Pero, ¿cuánta verdad hay en esas palabras anónimas? Quizá más que en las palabras de sus allegados. ¿Cuánto puede conocerlo alguien que él no conoce? Quizá más de lo que los que conoce lo conocen. El chico entra en conflicto. Es normal. ¿Por qué le tiene que suceder esto a él? ¿Cómo saber en quién puede y en quién no puede confiar? Es una pregunta justa. Todos parecen ir en su contra, repitiendo un ciclo que vuelve a empezar. Todos le darán la espalda, todos lo rechazarán. Y cuando quede uno solo en duda, lo mirará a los ojos y su mano no le tenderá. Se dará la vuelta y se irá, como se fueron los demás. Se irá y lo dejará atrás. El chico solo se va a quedar, porque su destino solo es estar. Alimentando la oscuridad que desde adentro se lo comerá. Hasta que ya no quede nadie en ese cascarón a quien salvar. Hasta que ya no quede quien sienta la atrocidad que le rodea. El chico está familiarizado con el sentimiento, y no quiere volver a tenerlo. ¿Pero no está sucediendo ya? ¿La presión de lo que le hacen no lo ha llevado ya donde se supone que no debía ir más? Es ecuánime decir que el chico quedará más confundido que saciado con este correo. Pero ese es su fin, que el chico piense, se cuestione y desconfíe. La naturaleza humana es errante y repetitiva. El humano por el simple hecho de ser humano es cuestionable en todo sentido que lo compone. Incluido el humano al que se le tenga cariño. El chico tiene que abrir los ojos antes de que tropiece, caiga y vuelva a romperse. ¿Lo tolerará otra vez?
Antes de escuchar a tu corazón, debes escuchar la voz de la razón.
30/04/2016, 11:37
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Es curiosa la manera en que juegan los azares del destino. Dos personas peculiares entre los demás y afines entre sí pueden convivir en un mismo espacio por una hora cada semana y ser ignorantes de la existencia del otro. Hasta que existe una ruptur...
