Basta ya de lastimarmeque mis lágrimas son sangre
compuesta de humanidad,
y con mi llanto incesante
me voy a desangrar.
Mis sollozos intentan
cicatrizar las heridas,
pero mi alma es propensa
a conservarlas ateridas;
delicada como el papel de seda
frente a las cuchillas de diamantina,
tus palabras acerbas.
Has destrozado mi piel invisible
y estoy lentamente agonizando,
el eco del vacío pregonando el fin,
los cuervos del sueño esperando
a su endeble presa devorar.
Entonces me habrás matado
aunque me veas respirar.
—Allison Cruz.

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Es curiosa la manera en que juegan los azares del destino. Dos personas peculiares entre los demás y afines entre sí pueden convivir en un mismo espacio por una hora cada semana y ser ignorantes de la existencia del otro. Hasta que existe una ruptur...