26/04/2016
Soy un tonto.
Es un tonto.
Pero no hay vuelta atrás.
Pero no hay marcha atrás.
Y aún así no puedo
dejar de reprochármelo.
Y aún así lo quiero.
Nunca podré
olvidar su mirada.
No pasé por alto
su mirada.
Parecía tan...
Parecía tan...
Decepcionado.
Desolado.
Parezco estar destinado
a decepcionar a quienes
más quiero.
Parezco estar destinado a
contemplar miradas de desolación.
Qué triste.
Menuda mierda.
No pude controlarme a mí
mismo, solo... me pasa así
en casos como esos. Por
lo mismo evito llegar a ello
practicando el control que
lleva a la calma. Cuando
las cosas se salen de mi
control emocional,
soy un tonto.
Will supo cómo despertar a
mi viejo, hermético, borde,
yo. En el blanco. Por una
mierda que fue un idiota.
Todavía tengo el mal sabor.
No de tristeza, de enojo.
Y ahora me pregunto
Pero ahora me pregunto
¿Cómo estará él?
¿Cómo estará?
Sé que seguirá enojado conmigo.
Sé que se debe sentir culpable.
Me pregunto si en este
preciso instante duerme
o continúa despierto.
Me pregunto si está
despierto todavía.
Aun así no le escribiré
(no podría aunque quisiera
pero ese no es el punto).
De todas formas no le escribiré.
Le daré tiempo.
Necesito tiempo.
Para perdonarme.
Para entender.
Lo que hice.
Lo que hizo.
Pero mírenme aquí a las
dos de la madrugada y
mirando a la luna llena.
Pero he aquí otra noche
más de insomnio.
Pensando en ti, Nico.
Pensando en ti, Will.
Sigues haciéndome feliz.
Sigues haciéndome sonreír.
Y aunque sea tan efímero,
Y aunque sea tan efímero,
sigue siendo felicidad.
sigue siendo una sonrisa.
Dios sabe cuánto soy feliz.
Dios sabe cuánto sonrío.
Pero contigo siento
que todo es posible.
Pero contigo siento
que todo es posible.
Supongo que tendré que
aprender a vivir sin ti.
Supongo que la lección es
que todo es posible sin
necesidad de estar contigo.
Pero no quiero.
Pero no quiero.
¿Tú quieres?
¿Tú quieres?
¿El universo quiere?
¿El jodido mundo quiere?
Temo ser incapaz de
controlarlo y que todo
se ponga mal otra vez.
Temo echar a perder todo
otra vez porque fui incapaz de
comprender a mi novio.
Nico, ¿podrías
ayudarme?
Will, ¿esa fue una
señal de auxilio?
No, no podría
pedírtelo.
Mierda...
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Es curiosa la manera en que juegan los azares del destino. Dos personas peculiares entre los demás y afines entre sí pueden convivir en un mismo espacio por una hora cada semana y ser ignorantes de la existencia del otro. Hasta que existe una ruptur...
