Domingo 17/04/2016, Willcueva.

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N/A: En multimedia hay un video que, de preferencia, deben escuchar con este capítulo. La canción está originalmente en coreano e inglés, pero, para que se entienda bien, la coloqué dentro el capítulo en español. Reproduzcan el video cuando empiecen a salir las letras en cursivas (que representan a la lírica de la canción) e imaginen que Will y Nico la están cantando.

«Sube directamente a mi rincón personal» decía el último mensaje de Will.

«*a la Willcueva» había respondido Nico, con las últimas señales del wi-fi de su casa.

No alcanzó a leer el «¡No es una cueva, está al aire libre!» que le envió Will después.

Evidentemente, a Nico poco le importaba que fuera una cueva o no. Solo había tomado la palabra Baticueva y ambientado a su nuevo y autoproclamado novio. Sonaba bien y ya.

No le costó nada caminar hasta la casa de Will. El día lo favorecía con su frescura y la música de sus audífonos desafió al transcurso del tiempo. Le tomó un poco más de dos canciones llegar. Nico plantó los pies en la entrada y miró hacia arriba con la boca entreabierta. La fachada de los Solace seguía sobrecogiéndolo.

Lo recibió Sofía, con una sonrisa que Nico creyó ser solo característica de los emojis. Vestía vaqueros, una trenza francesa y una camiseta negra que rezaba "Hamilton, an American musical" por debajo de una estrella dorada con la figura de un hombre con la mano extendida hacia arriba como punta superior.

Nico hizo el ademán de pasar, pero ella le cerró el paso con el brazo y carraspeó.

—¿Qué? —Nico frunció el ceño.

—Te gusta mi hermano —afirmó Sofía, mirándose las cortas uñas de la mano que no tenía en uso—, muy posiblemente son novios ya. ¿Recuerdas mi primer mail? ¿Lo que te dije, lo que tú respondiste? ¿Qué tienes que decir ahora?

Nico resopló.

—No tengo tiempo para esto, déjame pasar.

Sofía se hizo a un lado con una expresión mordaz.

—¿Qué tan difícil te es aceptar que tenía razón, querido cuñado? —Alzó la voz conforme él subía las gradas— ¡Predije Solangelo y lo sabes!

Nico cerró la puerta de la habitación de Will, apoyado de espaldas contra ella. Estuvo a punto de suspirar de alivio cuando la voz de Sofía se coló a través de la madera.

—Boo.

Nico saltó y, haciendo el mismo procedimiento que la noche anterior, se precipitó entre tropezones a la Willcueva.

—Wow, wow, ¿qué ocurre? —preguntó Will cuando vio llegar a Nico más pálido de lo normal e hiperventilando.

Nico se dejó caer sobre el poof que estaba frente al de Will y se deslizó hacia adelante mientras exhalaba con las mejillas infladas. Estuvo a punto de responder cuando vio bien al rubio. Will sostenía una guitarra acústica sobre las rodillas, sus dedos tamborileaban su superficie con nerviosismo.

La garganta de Nico se cerró al recordar por qué estaba allí.

«Para decírtelo con propiedad».

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