ATURDIDA
Puedo ver la hora que se indica el coche y han pasado treinta minutos desde que se terminó mi turno, y desde el inicio de esta traumante experiencia en la que me encuentro. Cada segundo que pasa, se me hace eterno. Me cuesnta respirar por que estoy agitada. Me encuentro en los asientos traseros. Los hombre no han dicho ninguna palabra desde que me secuestraron. Me secuestraron... Me parece surrealista...¿Por que yo? No le e echo nada a nadie y tampoco tengo dinero...
Lo único que estoy haciendo es mirar la hora que indica el coche y rezar para que no me maten. No sé qué esperarme cuando entran en un una calle repleta de grandes y preciosas casas. Me parece que estamos en los Hamptons.
Se abre una verja y empiezo a divisas un jardín gigante con luces y fuentes blancas. Es precioso. Estoy segura de que si no estubiera en esta situación, me encontraría embobada al ver semejante casa. No, mansión.
Entramos en el garaje y el coche se para. Empiezo a divisar a más hombres bestidos de la misma manera que mis secuestradores. El coche se para y me dispongo a abrir la puerta y a salir corriendo. Tengo el presentimiento de que si no lo hago, me pasará algo malo. Deslizo mi mano lentamente para abrir la puerta pero cuando lo intento, me doy cuenta de que los seguros están puestos. Se acabó. Voy a morir.
Me quitan la cinta adhesiva de la boca y el hombre que se encontraba a mi izquierda en el coche me agarra de un brazo.
- ¡Suéltame! - le espeto - ¿Que he hecho?! ¡No tenéis el derecho de secuestrarme! Mis padres me buscarán. - No me doy cuenta de que he empezado a llorar hasta que el hombre acerca su mano y me quita una lagrima.
-Bienvenida, Señorita Monteblanco - Dice con tanta seguridad que me olvido de que ese no es mi apellido.
-¡Esto es una confusión! Yo ni siquiera me apellido Dolce! Si me soltáis ahora juro no decirle a nadie nada... Por favor... ¡no soy la persona que buscáis!
-Ahora te lo explicarán todo. Por cierto, soy Marco. A su disposición.- Me quedo atónita. No se que decir... Estoy muy confundida.
Salimos del coche y un hombre de mediana edad me recibe con una sonrisa. Me doy cuenta de que Marco se tensa. Debe ser el cabecilla de mi secuestro... Pero no se por qué, no tengo miedo. Puede que sea su sonrisa la que me dé esta sensación de no estar en peligro, no estoy segura de ello.
- Hola Miranda, sé que estarás muy aturdida y sé que te encuentras en un estado un poco... sensible. - Veo un destello de ¿culpa? o ¿tristeza? en sus ojos pero no estoy segura.
-Soy Jake, tu padre. - Me echo a reír - Tu verdadero padre - paró de reír al instante y lo miro en busca de alguna señal que me indique que está bromeando. No encuentro ni rastro de lo que busco.
ESTÁS LEYENDO
DESPREVENIDA *COMPLETA*
RomansLa vida de Miranda da un giro de 180ºC. De tener que decidir entre su educación o trabajar para conseguir comida, a tener de todo y vivir en el barrio más pijo de Nueva York, hay una gran diferencia. Por ello, necesita adaptarse y para hacer eso, l...