MALAS COINCIDENCIAS 2/2
Entro y lo primero en lo que me fijo es en la lujosidad del sitio. La mayoría de la sala es una gran pista de baile que parece estar alborotada. En una esquina logro distinguir una escalera que supongo que es para la gente VIP o algo así. En un principio, pienso que estaremos donde está la mayoría de gente pero tras darme cuenta de que nos dirigimos hacia las escaleras previamente mencionadas.
Sigo a Thalía y Marco me sigue por detrás. El guardia le echa una mirada a Thalía y tras reconocerla, nos deja subir. Al subir, veo que la estancia es aún más lujosa de lo que esperaba. Hay sofás por todos lados y mesas repletas de alcohol del caro. Todo tiene tonos negros blancos y rojos, es precioso. La música no es tan ensordecedora y hay vidrios que nos dejan ver todo lo que pasa en la primera planta sin ser vistos.
Veo a algunas personas que nos miran con curiosidad pero no me fijo en nadie en concreto. Decido empezar la noche bebiendo un poco y por ello, empieza a vaciar un licor en basos de chupitos que ni siquiera me empeño en mirar. Y así es como empezamos a animar el ambiente un poco.
No sé cuantos chupitos nos tomamos pero después de ello, decido que el mejor lugar para bailar es la pista de abajo. Aquí arriba no hacen nada más que hablar y beber champagne. No es algo que me apetezca hacer ahora mismo... Por algo hemos venido a una discoteca ¿No? Para pasarlo bien y hacer algo que en casa no podríamos hacer.
— Thalía... — Le empiezo a decir. —¿Me acompañas a la pista de abajo para bailar un poco?
— ¡Claro! Estaba por preguntártelo. —Empezamos a levantarnos.
— No, no... — Nos para Marco. —Estar abajo no es seguro, aquí os puedo tener vigiladas.
— Marquito... No nos hagas esto. Podríamos estar haciendo esto en casa ahora mismo... por favor...
— Miranda... cualquiera podría estar ahí abajo esperando a que una adolescente embriagada se cruzara en su camino para poder aprovecharse de ello... No lo puedo permitir, lo siento. —Parece que no va a cambiar de parecer muy fácilmente.
Thalía y yo nos sentamos en los sofás y empezamos a mirar a la gente que está en nuestro alrededor. Logro ver un chico que reconozco de alguna parte... pero no sé de donde. Por puro aburrimiento, decido acercarme a él para preguntárselo.
— Oye... —Me mira y una expresión que no logro descifrar se insta en su cara. No se si es miedo o vergüenza pero no es nada bueno.— Te estaba mirando y... me suenas de algún lado. ¿Te conozco acaso?
— Em... No sé, supongo. Soy Aron, se supone que estamos en el mismo instituto. —Ríe con nerviosismo y no se si es por el alcohol o por la falta de entretenimiento, me empiezo a carcajear.
— He visto a muchos chicos por el O'connel pero ninguno me suena tanto como tú... —Digo intentando estabilizar mi respiración del ataque de risa que he tenido previamente.
— No lo sé... puede que sea por que estoy en el equipo de fútbol... o por la fiesta. —Dice lo último mirando hacia el suelo, nervioso.
— Dios... no me lo recuerdes. ¿Fue tan horrible como me han contado? —Pregunto intentando quitar un poco de la tensión inexplicable del ambiente.
— Todos pasamos por algo así. No te preocupes, seguro que dentro de tres años y medios solo se acordará el %99 por ciento del instituto. —Esta vez nos empezamos a reír los dos.
Sigo hablando con él por un rato y lo voy conociendo más. Es un integrante del equipo de fútbol de O'connel high school. Es el típico patoso que todos aman por ser gracioso. Me cuenta que es un estudiante que sueña con ser un ingeniero y me parece de lo más adorable. Hablando con él se me pasa el tiempo volando.
Cuando vuelvo al sofá donde se antes estaba veo que Marco y Thalía ya no están. Entonces, se me ocurre una idea un poco precipitada. Ahora ya no hay nadie que me impida ir a bailar y pasarlo bien por un rato ¿verdad?.
Me pongo tres chupitos y tras tragarlos uno tras otro, cojo las fuerzas que necesitaba para bajar a pasarmelo bien. Bajo las escaleras rápidamente y no se como es que no me he caído teniendo en cuenta que estoy a dos metro del suelo por los tacones que llevo.
Bajo y empiezo a moverme al son de la música. Poco a poco empiezo a sentir el efecto del alcohol en mis venas y me empiezo a motivar. De repente, unas manos me agarran de atrás y empiezan a bailar conmigo. Ni siquiera me paro a ver quién es, lo único que quiero hacer ahora mismo es bailar hasta caerme del cansancio. La persona que tengo detrás parece que sabe moverse ya que vamos muy compenetrados.
Entonces decido darme la vuelta para ver quién es la persona que tan bien baila. Y ahí está Esto parece un puto cliché, lo sé. Pero es mi realidad. Vivo en un cliché. Cómo no, esa persona que tan bien baila es Will.
En el momento en el que me doy cuenta de con quién estoy bailando, me aparto y lo miro con cara de asco. Me acerco a su oído y le empiezo a gritar:
— ¡¿No se supone que tienes novia y que no tendrías que estar haciendo esto?! — Grito lo más fuerte que puedo para que me oiga
— ¡¿Y no se supone que tú no ibas a ir a ninguna fiesta más?! — Contraataca.
— ¡Puedo hacer lo que me dé la gana porque estoy soltera y tu no!
— ¡No deberías estar aquí. He tenido que advertir a unos cuantos chicos que se estaban acercándose a ti para que no te tocasen!
— ¡¿Me has estado espiando?!
— ¡Sí, efectivamente!
No lo aguanto más. Estoy cansada de que esté en todos lados. Que haga lo que haga siempre acabe al lado mío. ¡Parece una garrapata! ¿No se supone que él tendría que estar detrás de su novia y no de mí? ¡Se supone que me tiene que dejar en paz de una vez por todas! ¡Se supone que me tengo que olvidar de él y si sigue apareciendo en todos lados, nunca lo podré conseguir!
Salgo del local agitada y intento tranquilizarme. Como me lo esperaba, WIll me sigue y se posiciona al lado mío. Pone un brazo suyo en mi hombro y me pregunta si estoy bien.
— ¡No! No me toques Will. Me tienes cansada. Se supone que ahora mismo tendría que estar pensando en otra persona que no seas tú. Se supone que tú tendrías que estar con Mitzi y no conm...
No puedo seguir porque siento como unos labios apresan a los míos. Es un beso desesperado. Un beso lleno de pasión al que no me puedo resistir. Y por una vez mas, solo una vez mas, me permito caer en los brazos de Will.
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DESPREVENIDA *COMPLETA*
RomanceLa vida de Miranda da un giro de 180ºC. De tener que decidir entre su educación o trabajar para conseguir comida, a tener de todo y vivir en el barrio más pijo de Nueva York, hay una gran diferencia. Por ello, necesita adaptarse y para hacer eso, l...