BORRACHOS.
Ha sido un puto infierno. Esta semana está siendo oficialmente la semana más mierdosa que he tenido en mi puta vida. Por fin es viernes, pero eso no quita todo el vacío que siento desde que me dejó. No me había dado cuenta de que me había pillado tanto por ella. Verla al lado de Toni hacía que mi pulso se acelerara y que solo pensara en pegar a alguien. Par distraerme de toda esta mierda, he estado bebiendo constantemente. No quería recurrir a las drogas y por ello, he bebido mucho.
Ahora mismo estoy a delante de mi taquilla. Todo el mundo está en sus respectivas clases pero yo no tengo ganas de hacer nada de eso. Ni siquiera he hecho ningún movimiento que tenía planeado para esta semana porque no me he podido concentrarme en nada más que en ella. Ha estado en mi cabeza todo el tiempo. Incluso más que antes. Siempre me pillo embobado mirándola, recordando su risa, su tacto, su olor... Que gilipollas soy.
De repente, mis instintos se ponen en alerta, aún estando un poco piripí. No puede ser, creo... creo que es ella. Pero no sé qué haría fuera de clase ahora.
Entonces, mientras tengo un debate interior, la veo. Se está acercando a mí. Para asegurarme de ello, miro hacia atrás para ver si hay alguien más. Y no, no hay nadie así que creo que se dirige hacia mí. Mi pulso se acelera y empiezo a hiperventilar levemente. Intento disimularlo pero creo que lo nota.
— Will... ¿Qué haces? ¿Estás borracho otra vez?
Mierda. Se ha dado cuenta. Pero ¿cómo?. Si solo he bebido un poquito, bueno puede que un poquito más que eso.
— No es anda.
— Claro que lo es. ¡Ahora mismo tendrías que estar en clase!
— No te importo... déjame en paz ¿Quieres? — Empiezo a cabrearme. Me deja y ahora hace como que le importo ¡Y una mierda!
— Claro que me importas. Aún creo que tenemos que habl...
— ¿Hablar? Tu y yo no tenemos nada de lo que hablar. Me dejaste y punto. Te dí todo de mí y lo echaste a la mierda y punto.
— Will...
— Además, ya hemos hablado en el hospital. Los borrachos también recordamos... un poco.
— Por eso mismo quiero hablar. Quiero dejarlo todo zanjado. Creía que lo había hecho en el hospital pero teniendo en cuenta cómo acabó y que estabas borracho, necesitamos otra charla. Talía me ha dicho que es lo mejor para los dos, así podemos ser hasta... ¿amigos?
— Pues... ahora mismo también creo que estoy un poco borracho, pero estoy bien, te lo aseguro.
— Claro que no...—Un escalofrío me recorre el cuerpo al sentir su delicada mano agarrar la mía.— Estás faltando a clase y se te ve muy mal, no quiero eso para tí. Aún me importas...
— ¡Y una mierda! ¿Cómo te voy a importar? Sé que estoy jodido pero no tenías por qué darme falsas esperanzas de que alguien me pudiera querer...
— Will...
— No, no quiero que sientas lástima por mí. Estoy bien... o lo estaré.
Miranda se da cuenta de que hablarme en este estado no le va a llevar a ningún lado, o eso creo, así que me coge de la mano y empezamos a caminar. Yo solo puedo concentrarme en el tacto de sus dedos, los echaba de menos. Wow, nunca pensé que iba a pensar algo así... ¡Por dios, si solo son unas manos!
No decido preguntar a dónde vamos hasta que salimos de la escuela y empezamos a caminar hacia los aparcamientos.
— ¿A dónde me llevas? ¿Me echas de menos y por eso me vas a violar? Tranquila, no tienes por qué forzar...
— Cállate ya. — Intenta sonar seria pero una leve sonrisa se dibuja en su cara. —Quiero tener la conversación por la que he salido de clase así que te llevaré a mi casa a que te pongas sobrio. Entonces, hablaremos y podremos ser amigos.
La idea de pasar rato con ella hace que esa sensación a la que tanto echaba de menos se instale en mí. Creo que hasta estoy sonriendo... esta chica me vuelve loco loquito.
— Me vuelves loquitito, loquitito. ¿Lo sabías verdad? —Intenta reprimir una carcajada pero no puede.
— Deja ya de hablar porque te recordaré todo lo que digas cuando estés sobrio.
— Ah, ¿sí? Entonces recuérdame esto... —Me pongo nervioso.— Te quiero, Miranda.
ESTÁS LEYENDO
DESPREVENIDA *COMPLETA*
RomantizmLa vida de Miranda da un giro de 180ºC. De tener que decidir entre su educación o trabajar para conseguir comida, a tener de todo y vivir en el barrio más pijo de Nueva York, hay una gran diferencia. Por ello, necesita adaptarse y para hacer eso, l...