Adiós a la buena versión de Miranda
Por fin ha terminado. El interrogatorio ha sido estresante. Me han preguntado las mismas cosas ochenta veces. Estoy agotadísima. Doy gracias a dios por qué se haya terminado. Lo que me preocupa es que nuestras versiones no coincidan pero como Michael me a dicho que lo tiene todo controlado, he decido quitármelo de la cabeza.
Ya es la hora de irnos a casa. Estoy deseándolo. Sólo quiero tumbarme en mi cama para no volver a levantarme hasta la mañana siguiente.
Voy a recoger mis cosas de la clase en la que me encontraba antes del interrogatorio. Entro y segundos después, Will hace lo mismo. Me mira un momento y se dirige a recoger sus cosas. Las recoge antes que yo y se queda en la puerta.
Por un segundo pensé que me ignoraría. Estaba rezando por ello... Pero como siempre, mis plegarias no han sido oídas.
Me encamino hacia la salida y como no, él cierra la puerta. Me cruzo de brazos para escuchar lo que tiene que decir. Yo, por mi parte, no pienso hablarle. Lo que me ha hecho es imperdonable. Follar para que luego me trate así... No gracias.
— Mira, no soy así. Yo no soy de pedir disculpas. Nunca. Y tampoco lo voy a hacer contigo... —Me mira con intención de intimidarme.— Y tampoco dejo que una mojigata juego conmigo.
— ¡¿Perdona?! Yo no soy el que después de follar toda la noche se pone como un histérico y me tacha de prostituta. ¡No lo voy a consentir! —Grito notando como mi garganta empieza a picarme.
— Hoye, ¡al menos yo no me meto en la vida de nadie y tampoco voy con otros chico para cabrear a alguien! —Aparte de la furia en sus ojos, también veo dolor. Parece que le he hecho daño.
— ¿Cómo? No eres importante para mi. Cómo tú mismo as dicho, sólo hemos tenido algo de una noche. ¡Y se acabó! —Grito yo también con furia.
— ¡Se terminará cuando yo quiera! —Grita y empieza a acercarse a mí. Noto como empiezan a brotar lágrimas de mis ojos.
Cuando ya no puedo retroceder más, se pega a mí. Me acaricia el rostro y me seca las lágrimas. No lo entiendo... ¡¿Cómo es que ahora es así y luego me llama prostituta?!
Su mirada se ve apagada, sin esa luz que la caracteriza. Me quedo quieta mirándole. Intentado descifrarlo. Veo tanto dolor en sus ojos que hasta me imagino una lágrima cayendo por ellos. Espera... Creo que no son imaginaciones mías. ¡Está llorando! Y eso hace que mis lágrimas se conviertan en sollozos.
— Will... —Digo intentando captar su atención pero está en un trance. Parece que se encuentra en un abismo del que no puede salir.
— Lo siento tanto... No me sé controlar. —Susurra con su frente apoyada en la mía.
Yo me quedo en silencio y por puro instinto, le seco las lágrimas. Él, al notar mis dedos sobre su rostro, me mira con intensidad. Una intensidad abrasadora. Una que no conocía antes.
Nuestras respiraciones están entrecortadas y aunque tenga unas ganas inmensas de besarle, no lo haré. Eso sería como caer en el mismo ciclo del que me estoy intentando escapar.
— Will, no podemos estar haciendo esto. No es sano. Y creo que lo mejor que podemos hacer es separarnos el uno del otro... Que tu vayas por tu lado, y yo por el mío. —Intento descifrarlo leyendo su mirada pero no puedo. Ya no es la mirada que segundos antes me transmitía todo su mundo interior. Esta mirada es fría y habitual en él. Se acaba de cerrar antes de siquiera abrirse a mí...
Se separa de mí bruscamente y sale de la clase dando un portazo. Dejándome desconcertada. Supongo que será lo mejor para los dos...
Salgo de la clase después de respirar hondo varias veces. Al salir del instituto, veo a Marco apoyado en el coche y me acerco a él. Le sonrío y corro para abrazarlo. Necesitaba un abrazo. Uno sincero. Uno que me calme después del día tan ajetreado que he tenido.
— ¿Que tal tu día princesa? —Pregunta devolviendome el abrazo.
— Bastante chungo, la verdad. Me he puesto muy nerviosa en el interrogatorio... —le cuento y el frunce el ceño.
— ¿Que interrogatorio? —Pregunta. Que extraño... creía que habían llamado a casa.
— El del secuestro de la fiesta. ¿No lo sabías?
— Los interrogatorios se han aplazado a mañana por razones privadas.
— ¡¿Qué?! Pero si me he perdido un montón de clases por que me preguntaban las mismas preguntas una y otra vez...Oh... Ya entiendo... Querían asegurarse de que mañana lo dijera todo bien...
— Exacto... No sabía si al final te harían el simulacro a ti, por eso no te avisé...
— Pero... ¿Por qué a mí?
-— La otra noche, les escuché a los padre hablar sobre otras "candidatas" para asegurar que Will no se metiera en lío. Pero como Will se empeñaba en que fueras tú... supongo que te eligieron. Puta crío de mierda... No sabe tratar a las mujeres y además te persigue como un puto perro faldero.
— Will... —Ahora entiendo por qué se quedó en la puerta. No quería pedirme disculpas, lo que quería decirme era que todo eso fué un simulacro para asegurarse de que no lo delataría. Tengo tanta rabia acumulada hacia él ... Ahora se va a enterar de quién es Miranda Monteblanco.
Voy a cambiar. Voy a dejar de ser tan buena con todos. Quiero ser la mala. La mala que siempre sale ganando en todo. A la que le chupan el culo solo para caerle bien. La popular que en secreto todos odian. Voy a dejar de ser tan ingenua. Voy a convertirme en una de ellos... Se acabó lo de querer ser la chica invisible. Voy a brillar... Tanto que Will y todos sus secuaces se quemarán. Tanto que los descoronaré a todos y cada uno de ellos. Prepárense para ver a la nueva diosa del O'cconel high school, o mejor dicho, Miranda's high school.
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DESPREVENIDA *COMPLETA*
RomansLa vida de Miranda da un giro de 180ºC. De tener que decidir entre su educación o trabajar para conseguir comida, a tener de todo y vivir en el barrio más pijo de Nueva York, hay una gran diferencia. Por ello, necesita adaptarse y para hacer eso, l...