DESPREVENIDA *COMPLETA*

CAP. 36

RECUPERACIÓN

El fin de semana ha pasado antes de lo esperado. Ya me he acostumbrado a estar en la cama con Toni viendo películas y atiborrándome de comida. Gracias a Toni, le dí una oportunidad a Marvel y nos vimos la película de Venom. ¡Aún sigo agradeciéndole el hecho de que me estuviera rogando para verla y dejarnos de películas románticas! ¡Fue magnífica!

Por otra parte, lo he conocido mucho más. Se nota que se preocupa mucho por mí... A primeras, parece un chico muy fuerte y pasota pero una vez lo conoces, te das cuenta de que es todo lo contrario. Me ha cuidado como nadie. Es más, cuando mi padre me obligó a ir a cenar en un restaurante para que saliera de mi cueva, me acompañó para que se me hiciera más fácil. Es muy mono.

Por desgracia, no he podido estar con Marco como me habría gustado. No ha venido por casa y al preguntarle a mi padre, me a dicho que estaba en un viaje de negocios. Eso sí, me ha llamado tres veces este fin de semana. Hemos charlado y me ha demostrado que le importo lo suficiente como para quedarse hablando conmigo por más de una hora sobre todo lo que estoy sintiendo.

Hablando de sentimientos, me encuentro mucho mejor. No sé si es el hecho de no tener que verlo o el hecho de que he estado bien acompañada pero... no lo he echado en falta... o al menos casi nada. El hecho de que se lo llevaran del hospital marcó un antes y después en mí. Algo hizo click en mi cabeza y me empecé a convencer que es lo mejor para los dos.

Ahora mismo estoy en casa tomándome el desayuno. Carlita me acompaña y me agrada mucho, le he cogido mucho cariño en estos últimos días. Después de venir del hospital hablé con ella. Le dije lo mucho que lo sentía y me rogó que dejara de llorar. Entonces, al calmarme del todo, empezamos una conversación que duró horas. La conocí mucho y por la confianza que desprendía, me abrí un poco a ella, solo un poco. No soy muy fan de hablar de mi pasado, y por primera vez, no me he sentido avergonzada de contarle una de las muchas cosas que me atormentan a las noches.

Me termino el desayuno y veo que ya es hora de irme. Me dispongo a salir que una voz me interrumpe. Es Jack.

— Miranda

— ¿Si?

— ¿Quieres que te acompañe a clase hoy? —Me mira con intensidad, intentando ver si siento algún daño al saber por qué lo dice. Pero no es así, creo que tengo que enfrentar esto sola y que me hará mucho más fuerte de lo que ya soy. Aún así, me parece un gesto muy bonito por su parte. Entiendo que es un hombre muy ocupado y que para hacer esto tendría que faltar a algo más importante. Pensar que lo ha hecho por mi me enternece.

— Estoy bien. —Le digo, y empiezo a caminar.— Puedo con esto... papá.

Puedo ver la emoción que transmiten sus ojos al oírme decirlo por primera vez. Lo mejor de todo, es que lo siento así. Estoy empezando a verlo como un padre que ha perdido todo lo que quiere y que me desea lo mejor.

Le sonrío y salgo por la puerta. Voy hasta el garaje y saco las llaves de mi coche, parece que Will lo ha enviado. Me quito de la cabeza a Will y arranco. No me lleva mucho tiempo llegar al O'connell High School. Aún estoy nerviosa pero todo el apoyo que he estado recibiendo por parte de mi gente querida, me da mucha confianza.

Salgo del coche y cómo no, todo el mundo me mira. Levanto la cabeza con autoconfianza y sigo caminando. Pasan alguna chicas y logro oír de lo que hablan. Parece que las noticias vuelan y que se han enterado de la ruptura... y también de mi ingreso al hospital.

Me adentro hacia los pasillos y los murmullos no cesan. Creo que tendré que acostumbrarme. Una sonría se me dibuja en la cara al divisar a Toni apoyado en mi taquilla.

— Hola, macizón. —Le sonrío y le doy un abrazo. Él me devuelve la sonrisa.

— Hola, Venom.

— ¿Venom? ¿Enserio? —Digo sin poder contener la risa.

— Sí, porque ahora mismo pareces de otro mundo... —Mis risas aumentan.

— Vaya, parece que tus piropos han llegado a otro mundo.

Seguimos caminando hasta que lo veo. Entonces, noto que el brazo de Toni me agarra de la cintura y me da un leve apretón para mandarme fuerzas. Ha llegado el momento de hacer todo lo que hemos estado ensayando el domingo Toni y yo. Estuvo preparándome para el momento de verlo; cómo tenía que reaccionar, qué hacer... pero creo que no ha funcionado del todo. He empezado a temblar y no puedo evitar mirarlo. Nunca lo había visto así. Se ve triste, tiene ojeras y sus ojos están apagados. Me mira fijamente, como si fuera algo que nunca podría tocar. Me apena pero sé que después de algún tiempo, podrá superarme.

— Sigue así, lo estás haciendo fenomenal. —Me susurra Toni y eso me hace regalarle una sonrisa... triste.

Como todos los Lunes, nos adentramos en la clase de inglés, y esta vez, nos ponemos adelante. Hemos pensado que sería mejor para que pudiera concentrarme más en la clase y menos en Will, aunque con el cambio de horario que tuvo por tener que "cuidar" a Talía seguramente ya no esté en esta clase.

Me equivoco. Si que está. Y está entrando junto a Talía, eso hace que me ponga un poco celosa. Aparto esos sentimientos de mí en cuanto puedo y me vuelvo a fijar en Talía. Es guapísima, preciosa. Parece que está buscando a alguien al final de la clase pero cuando su mirada se posa en mí, empieza a caminar en mi dirección. Oh, no.

Se sienta justo en el pupitre de mi lado y me mira con una media sonrisa que hace que se me pongan los vellos de punta. Y mira que parece hasta buena...

Empieza la clase y me dispongo a ignorar su presencia y la de Will, que está sentado a su lado. Todo transcurre como lo planeado hasta que veo como su mano se acerca a mi mesa. Me pongo tensa al instante y veo como deposita sutilmente un pedazo de papel. Que tonta... ¡Estando en frente de clase y sabiendo que nos podrían pillar fácilmente!

Al principio me planteo tirarlo pero la intriga me puede y lo cojo con disimulo. La miro de reojo y veo que me está mirando fijamente, creo que no se esperaba que lo cogiera.

"Espérame después de clase en la biblioteca. Pasillo tres. Necesito hablar contigo urgentemente. Y créeme, quieres saber lo que tengo que decirte"