CAP. 29

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SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

Pov Miranda:

— Y entonces... tuvimos que secuestrarlas. Por si te sirve, fue mi primera misión...

Me quedo anonadada. Sabía que tenía algo oscuro detrás de esos ojazos pero no creía que fuera algo tan oscuro... Siempre les he tenido asco a las sustancias ilegales. En mi mente, el alcohol es una de ellas ya que eso fue lo que rompió lo que una vez fue mi familia. Ahora tengo una perspectiva diferente de la gente de estos barrios. Todos tienen secretos oscuros. Esto me hace replantearme el contacto con mi padre. No se si fue la mejor opción intentar adaptarme a esto. No puedo, es demasiado para mí.

— ¿Miranda? —Dice Will acariciándome el brazo.— ¿Estas bien?

Se me había olvidado que no estaba sola.

— Pero... ¿Por qué? Tienes suficiente dinero como para vivir el resto de tu vida sin necesitar nada más. ¿Por qué lo haces?

— Miranda... Quiero que entiendas que esa parte de mi vida es el 0,01 por ciento de mí. No me define en lo absoluto. Es como vender alcohol, a la gente le afecta pero también les gusta. -Se me cristalizan los ojos.

— Hay gente que muere por sobredosis, Will... Los estás matando.

— También hay gente que se muere por comas etílicos.

Basta, ya no lo quiero oír más. Me levanto del sofá y me dirijo hacia la puerta. Antes de siquiera dar dos pasos, Will me agarra del brazo y hace que lo mire a los ojos.

— Miranda, esto no es nada por lo que tengas que ponerte así... Nosotros solo distribuimos el producto, la gente es la que lo compra. No obligamos a nadie a hacer nada.

— ¡Pero la gente lo hace para evadirse de la realidad y antes de siquiera plantearse dejarlo, se vuelve adicta!

— Miranda, hay peores cosas que las drogas... Y es algo que tenías que saber de mí.

Entonces, recuerdo lo del secuestro y sin siquiera pensarlo dos veces, me pongo a llorar. Mi sollozos aumentan cuando noto unos brazos rodeándome. Se siente tan bien estar así... pero es tan malo para mí...

— Will —Digo tras tranquilizarme un poco.— ¿Donde se encuentra la chica? Quiero verla, asegurarme de que está bien. No puedo confiar del todo de ti y me gustaría hablar con ella.

— Ese es el problema... No lo sabemos. Peor cuando la encontremos serás la primera en saberlo. —Dice mientras volvemos hacia el sofá.

— Miranda —Agarra mi cara entre sus manos y me mira con intensidad.— Me importas. ¿Vale? Quiero que lo sepas, y por eso, voy a ser la persona sincera que nunca antes había sido con nadie... pero tengo que saber que no me dejarás... —Se le cristalizan los ojos y los míos los siguen.

— Will... —susurro acariciándole la cara.

— Eres lo único bueno en mi vida. Mi familia es una mierda, la mayoría de mis amigos son malas influencia... Eres el destello de luz en una habitación a oscuras. Me das ganas de ser mejor... para ti, ser digno de tu amor.

Lo abrazo mientras lágrimas de emoción y tristeza resbalan por mi cara. No creía que alguien tan frío y calculador tuviese un fondo tan bueno. No es perfecto pero... yo tampoco.

El resto de la tarde nos la pasamos hablando sobre Talía. Sobre donde podría estar y las teoría que habían ideado entre él y Derek, ese amigo que estaba en el salón antes de yo entrar. Will también me a contado que podría haber sido Derek el que ayudó a Talía a escaparse. Y es que Derek era el que estaba vigilando día y noche porque le habían asignado ese rol y puede que acabasen formando sentimientos el uno por el otro. Eran solo suposiciones pero conociendo a Will, estoy segura de que su teoría es cierta.

Me emociona saber que está confiando tanto en mí. Hace que yo también quiera abrirle las puertas a mi corazón, claro que prefiero esperar un poquito más. Por pura precaución por que sé que una vez lo haga, no habrá marcha atrás.

Ahora mismo estoy yendo a casa con Will. Esta noche quería quedarse conmigo y solo de pensar en lo que haremos, siento una agradable sensación allí abajo.

Nos bajamos del coche y entramos a casa. Allí, nos preparamos unos sándwiches que a Will parece que le aterran... problemas de niños pijos, no hay quién los entienda. Eso sí, después de probarlos, se le cambió la cara.

Subimos hacia mi habitación y ya puedo sentir la tensión sexual que emanamos. No sé cómo será esta vez pero me alegro de llevar lencería hoy.

Cuando entramos a la habitación, sin yo esperármelo, Will me agarra de la cintura y me acorrala contra la pared.

— Desde que te follé la otra vez, he estado soñando con hacerlo de nuevo.

Y ahí es cuando con un beso apasionado, empezamos lo que tanto ansiaba desde la última vez. Lo primero de lo que se deshace es de mi camisa. Entonces, empieza a acariciar mis tetas y eso hace que la sensación que proviene de mi entrepierna, aumente.

¿Qué mejor para terminar el día que un polvo con un rey griego? N-A-D-A

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No me matéis, es mi primera vez escribiendo algo tan... ¿atrevido? Pero bueno, por razones de querer complacer a mis lectoras fieles, poco a poco iré añadiendo cosas mas explicitas. 

DESPREVENIDA *COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora