CAP. 17

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HAPPY ENDINGS SUCK.

Corro hacia el baño para coger el kit de emergencia mientras Marco me espera aún enfadado en la cocina. Cojo un taburete y lo aceco hacia él. Le miro la cara y me doy cuenta de que está muy pensativo.

— No tenías por qué defenderme... —Susurro sin poder evitarlo. Él levanta la cara con asombro y aprovecho para empezar a curarle las heridas.

— ¿No crees que eres suficiente motivo como para hacerlo? —Pregunta y en sus ojos puedo ver dolor.

— No pasa nada... Estoy acostumbrada a que me traten mal. Tampoco se está tan mal ¿sabes? -Él me mira con asombro y me coje las manos para que le preste toda la atención del mundo.

— No quiero que vuelvas a decir eso ¿Entiendes? Nadie se merece ser tratada como una prostituta. Nunca. —Se me cristalizan los ojos y él aparta la vista— Y menos si eres tu...

No puedo evitar el sollozo que se escapa de mis labios. Nunca antes me había sentido tan... protegida. Siempre fuí la chica invisible a la que insultaban por cualquier cosa... Vivir en barrios tan pobres tiene sus consecuencias.

Marco me abraza fuertemente y yo me pierdo en él. Me transmite tanta seguridad y tranquilidad que no quiero soltarme. Quiero quedarme así para siempre, con unos brazos seguros abrazándome... Sintiendo que todo saldrá bien.

— No voy a permitir que nadie te haga daño ¿entiendes? —Yo me aferro más a él y lloro aún más fuerte. No me lo merezco... Es tan bueno... y yo tengo tantos secretos y un pasado tan oscuro...

Después de todo el drama de la mañana, Marco decide hacerme la comida y me lo paso genial escuchándole hablar sobre su pasión con la cocina. La verdad es que si cualquier otra persona me hablase de cocina, me aburriría. Pero como es Marco, me encanta. Creo que es una de mis nuevas aficiones.

— Siempre he soñado con tener mi propio programa de televisión de cocina ¿Sabes?... Pero creo que nadie lo vería. —Suelta una risotada y yo lo sigo.

— Creeme, yo vería todos y cada uno de tus episodios... Siempre y cuando me los dediques. —Lo miro con ojos de suplica.

— ¡Claro! Cómo no iba a hacerlo, es la inspiración de todos mis platos, señorita Miranda. —Dice haciendo una reverencia. Yo lo miro y decido seguirle el juego.

— Señorito marco, es usted un caballero muy pero que muy coqueto... Pero tengo muchos pretendientes así que me temo que con sólamente una mención en su programa, no logrará conquistarme...

— Entonces te conquistaré con mi comida. Si le encanta tendrá una cita conmigo. Hoy mismo. Veremos una película en el salón. ¿Qué le parece?

— Es muy atrevido por su parte... Te aviso que tengo un paladar muy único. Así que me temo que no seré como todas tus otras pretendientas... Pero sí, acepto su propuesta. —Digo lo último con un poco de nerviosismo ya que ahora mismo no sé lo que es de verdad y lo que es de broma.

Marco prepara los platos y se acerca con media sonrisa hacia mi. Pone mi plato encima de la isla de la cocina y veo que tiene una rosa encima. Me coje la mano y me la besa como todo un galán. No puedo aguantar la risa así que suelto una risotada.

Pruebo el plato y me muero. ¡Está buenísimo! ¡Dios mío! ¿Cómo es que está tan bueno? No creí que fuera a ser un buen cocinero pero me equivocaba.

— Saltemonos la cita ¡Cásate conmigo! —Digo y él empieza a reírse. Su risa me mete en un trance de lo bonita y melódica que és. Creo que no solamente quiero una cita, si no varias.

Después de comer manteniendo una charla entre risas y carcajadas, empiezo a buscar la película que vamos a ver. Tiene que ser una de miedo. Me flipan las películas de miedo. Y son perfectas para una cita... No creo que esto sea una cita pero se le asemeja mucho.

Marco prepara las palomitas y nos sentamos a ver la película. Cómo tiene muchos sustos, me acerco a Marco y acabamos entrelazando los dedos. Entre risas y sustos, paso una de las mejores tardes de mi vida.

Ya son las nueve de la noche Y Marco se está preparando para irse. A mí me ha dado un bajón por qué no quiero que se vaya. Aunque tengo que entender que él también tiene cosas que hacer aparte de cuidar a una adolescente. Le doy un beso en la mejilla y él me sonríe mientras abre la puerta para irse. Tiene buen culo, eso os lo aseguro.

Me voy a mi habitación y cojo un libro para seguir con la lectura que tenía pendiente. Intento leer pero mis pensamientos están en otro lado. Antes de darme cuenta, ya estoy pensando en Will. Es tan frustrante tenerlo en mi cabeza siempre... Sigo pensando en todos los acontecimientos de hoy hasta que recuerdo algo de lo que me he estado evadiendo. Él secuestro.

Me levanto de la cama y me siento en mi escritorio. Empiezo a navegar en la red y a leer noticias sobre la noche del viernes. Todos los articulos cuentan que cinco chicos no identificados entraron a la fiesta con la multitud y que después se cambiaron dentro para llevar a cabo el secuestro. También leo que la policía va a empezar a interrogar a los alumnos que asistieron a la fiesta.

Todo apunta a que los secuestradores sabían lo que hacían y por lo tanto, Will también. No puedo decir con certeza que tiene algo que ver ya que no tengo pruebas de ello. Pero presiento que es el cabecilla de todo. Pero.... ¿Por qué lo habrá hecho? ¿Estaba yo en el plan? Si tenía planeado el secuestro, ¿Por qué me invitó?

Estoy muy confundida ahora mismo pero lo único que sé con certeza es que mi instinto no suele fallarme. 

DESPREVENIDA *COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora