CAP. 7

97 7 0
                                    


LAS PACES CON EL DIABLO

Mitzy y sus secuaces se tensaron al instante. ¿Que hago? Salgo corriendo o me doy un cabezazo con alguna taquilla? Con un poquito de suerte me daré tan fuerte que me moriré y no tendré que pasar por esta clase de situaciones nunca más. Creo que me quedo con la segunda opción. El problema es que estoy embobada observando al héroe que se está acercando a mi. Se que suena patético que lo llame de aquella manera, pero es lo que siento ahora mismo. No quiero que a nadie le dé un patatús de lo cínico que es ese nombre así que lo dejaremos en héroe retrasado. ¿Contentos?

—Will... Ho-hola. No te habíamos visto. Solo estaba —Will acelera el paso y mueve la cabeza incrédulo.

—No te atrevas a mentirme. Lo he oído todo. —A mitzy se le pone la cara como un tomate y yo tardo en procesar todo lo que dicen.

Mitzy intenta agarrarle el brazo para acercarlo a ella pero este la esquiva y se dirige hacia mi.

—¿Te encuentras bien? —Yo me quedo estática y logro esquivar la mano que me intentaba acariciar la cara.— Vosotras —Se da la vuelta y las mira— Podeis iros a la mierda. Y como me entere de que la volveis a amenazar o algo... Podreis daros por muertas.

Todas palidecen y tras unos segundos, se encaminan hacia la entrada del gimnasio. Que por cierto, es donde tendríamos que estar todos ahora mismo.

—Gracias pero no necesitaba tu ayuda —Se da la vuelta y sonríe de un lado— Lo tenía todo controlado...

Por un momento, veo al niño que a la mañana se rió conmigo, pero eso no tarda en desaparecer. Noto que cada vez se acerca más a mí.

¿Que hago? Creo que tendré que recurrir a mis planes de escape... La idea del cabezazo es la que más me llama la atención en estos instantes.

Él no aparta la mirada de la mía. Está volviendo a intentar intimidarme pero esta vez no le daré el gusto. Le mantengo la mirada y he de decir que cada vez me cuesta más perderme en sus ojos azules. Son hermosos.

Ahora que estamos tan cerca logro apreciar sus facciones más detalladamente. Cuando alguien se acerca mucho a otra persona, es normal ver las imperfecciones de esta. Claro que cuando hablamos de un dios griego, las reglas cambian. Su mandíbula está tan marcada que fácilmente podría cortar a alguien. Sí, me he fijado en su mandíbula ¿vale? Aceptarlo. Su piel se ve tan suave, me encantaría acariciarla... ¡No! No puedo estar pensando en acariciarlo... Por dios ¡Me ha llamado bastarda!

Justo cuando voy a decirle que se aleje, se me adelanta y dice:

—No pensaba que sabías hablar... — Desvía la mirada hacia mis labios y rápidamente los vuelve hacia mis ojos- Podría besarte ahora mismo pero...— Intento decir algo pero mi cuerpo no responde a ninguna señal. ¡Malditas hormonas!- tengo otra mejores a las que besar.

Se aparta bruscamente y me deja procesando lo que acaba de pasar. ¡Maldito imbecil! Me acaba de dejar en evidencia.

—Podría decir lo mismo, imbécil. —Parece sorprendido ante mis palabras— Creo que para liarte con alguien, ese alguien tendría que dar algo de su parte... Algo que nunca lograrás de mi. —Esto me ha sorprendido hasta a mi. Estoy casi temblando pero él no tiene por qué saberlo.

Me empiezo a encaminarme hacia el gimnasio cuando noto unas pisotadas que se acercan.

—Parece que puedes hablar —Oigo una risotada— Aunque no tienes por qué mentirte. Sabes que mueres por mis huesos. Te encantaría besarme y hacerme muchas cosas más...—Paro en seco. ¡No me puedo creer lo egocéntrico que puede ser un chico!- Igual que todas.

Ya está. Esto es el colmo. No voy a aceptar que me hablen de una manera tan irrespetuosa. Ni que fueramos amigos de toda la vida! Por esto es por lo que no me gusta nada serio con ningún chico. Todos son unos pajeros pervertidos.

Le miro y apreciar sus ojos, veo un destello que no logro descifrar. Ahora mismo parece... bueno. siempre y cuando mantenga su bocaza cerrada.

—Mira, entiendo que en tu mundito de ricachones, te creas superior a los demás. No obstante, exijo que me hables con respeto. Debido a que esta "bastarda" —Hago unos gestos con los dedos en forma de comillas— no te va a tolerar ninguna falta de respeto más.

Parece sorprendido y... ¿arrepentido? No soy la mejor persona en cuanto a descifrar expresiones se refiere. Así que ese arrepentimiento que me ha parecido ver en sus ojos, bien podría ser otra cosa totalmente distinta.

Me dispongo a seguir caminando cuando me agarra el brazo y me hace mirarlo

—Oye, sobre eso... No había tenido un buen día y tampoco quiero que creas que soy un gilipollas —lo corto para decir:

—Tarde —me cruzo de brazos y le hago un gesto para que siga con su sermón.

—En fin, que de lo poco que te conozco puedo decir que... No te odio —Mira el suelo y prosigue— Así que retiro lo que te he dicho antes.

No es una disculpa, pero me conformo. 

DESPREVENIDA *COMPLETA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora