Dirigió su mirada hacia mí, y antes de decir palabra alguna, se llevó el cuello del muchacho a la boca y le propinó un gran mordisco. La sangre corría entre sus dedos, el chico había comenzado a patalear sin parar intentando liberarse de las garras de Nea, pero no lo conseguía. En aquel momento no parecía haber nadie más temible que él. Me alejé poco a poco, arrastrándome hacia atrás sin poder quitar la vista de aquella terrible acción. Antes de levantarme, Tian me agarró del cabello y me apartó aquellos dos. Estábamos a varios metros del suelo. Vi como Nea dejó caer al joven al suelo, quien parecía estar muerto.
- Te he dicho que no le pusieras las manos encima – decía Louis mientras se levantaba del hoyo que había creado al impactar. Estaba de espaldas a nosotros. – Me has enfadado... - Se arrancó la camisa de un tirón y descubrí que eran todos aquellos colores que había visto minutos antes.
En la parte de la nuca llevaba el tatuaje de lo que parecía ser una corona dorada. A lo largo de la espina dorsal llevaba grabados los 9 planetas que componían el sistema solar. En el tercer espacio, justo donde debería de estar el planeta Tierra, no había nada, tan solo lo que parecía una cicatriz. Mientras que los cuatro primeros eran círculos pequeños, los demás tenían un tamaño bastante más grande, justo como en la realidad se conocía. Plutón yacía al final, sus pantalones casi lo tapaban, era diminuto. Toda su espalda parecía una nebulosa, lleno de colores en tono pastel, y puntitos blancos que se mezclaban creando una hermosa sincronía. No había un espacio libre en su espalda, aquello era simplemente hermoso. En uno de sus hombros ahora brillaba una pequeña estrella, pero le faltaba una de sus puntas.
- Idiota, ¿cómo te atreves? Quitarme a uno de los míos... - decía Tian con dificultad, agarrándose el pecho con el brazo que tenía libre.
- Vas a lamentar no haberme hecho caso cuando te lo dije. – Sus ojos ahora eran blancos como la nieve. De una las manos de Louis, apareció una pistola, parecía hecha de luz. Disparó dos veces, una de ellas impactó en la mano que tenía agarrado mi cabello. Me soltó de inmediato y yo caí como el plomo.
Antes de tocar el suelo, Yanya me aferró con sus garras y me dejó caer en los brazos de Nea. Me froté la cabeza, realmente pensaba que iba a perderla.
Observé como de un salto Louis consiguió llegar hasta él, le propinó un puñetazo en la cara, que le hizo retroceder. Tian agarró del brazo a Louis, parecía estar quemándole la piel a gran velocidad. De un rodillazo apartó la mano de Tian de su cuerpo, y con un golpe con el codo en el antebrazo supuse que le había roto tanto el cúbito como el radio. Aparté la mirada rápidamente, me daba tiricia ver cómo colgaba el brazo de aquel hombre. Emitió un gran grito, tal vez de rabia, tal vez de dolor.- Volveré, y mataré al chico. Vigila tu espalda Oliver, no vas a durar mucho más vivo – exclamó Tian. Yo no quise sacar mi cara del pecho de Nea, tenía mis ojos cerrados con fuerza.
- Puedes abrir los ojos, chico – soltó Louis. Giré mi cabeza, Tian había desaparecido, igual que el chico de la estrella en el cuello. Nea me dejó en el suelo. – Realmente eres un miedica – dijo dándome un pequeño golpe con los nudillos.
- Siento haber llegado tarde, líder – se disculpó Nea con la cabeza gacha. Louis le cogió de la camiseta y se acercó a su cara.
- Creo que te dejé bien claro que no quería ver a Yanya nunca más. - Nea desvió la mirada. Yanya le respondió abriendo sus alas y emitiendo un graznido.
- Aléjate humano – dijo Yanya telepáticamente. ¿También había escuchado aquello Louis?
- Siempre te odiaré pajarraco. – Tras una pequeña pausa en la que ambos no dejaron de mirarse a los ojos, el presidente nos dio la espalda. – Necesito una ducha, Nea vuelve a la base, Oliver y yo todavía tenemos cosas que hacer. El Clan del Sol no nos atacará al menos durante unos días.
- Como ordenes... - respondió Nea. Todavía tenía la barbilla llena de sangre. Seguí los pasos de Louis, me giré para despedirme de Nea, pero él ya no estaba allí.
- No te quedes detrás, chico.
- ¡Sí! – exclamé corriendo a su lado.
- Vamos a tu apartamento, me siento sucio – dijo mientras sacudía sus pantalones. – Creo que tengo unas camisas de recambio allí...
- Disculpa Louis, pero mi apartamento está por allá – señalé en el sentido contrario.
- No, estamos en el camino correcto. – Recorrimos varias calles abajo, hasta parar delante de un apartamento muy amplio.
- Esta no es mi... - Louis pulsó el botón de un mando que había sacado de su bolsillo y las verjas exteriores se abrieron.
- Bienvenido a tu nueva casa. Lo que tenías antes no se puede llamar hogar, ¿cómo podías vivir allí? He comprado este edificio para ti, sé que te gusta mucho vivir en este pueblo. Dentro están todas las cosas que tenías en el anterior. Tienes todo lo que necesitas, muebles, comida, ropa... No dudes en decirme si te falta algo.
- Mi casa... - dije con los ojos llorosos. La fachada era lisa y blanca, tenía pinta de ser moderna. Abracé a Louis por detrás. - ¡Muchas gracias! No sabes lo agradecido que estoy...
- ¿Estás llorando? Los hombres no lloran, chico... - Pensaba que me apartaría de él, pero se quedó allí inmóvil. – Ahora le entiendo... - murmuró con la voz casi imperceptible.
- ¿Louis...?
- Entremos, tengo algo que decirte.
Abrió la puerta, la primera sala era un salón muy amplio, estaba impoluto. Todo era blanco con los muebles en un tono castaño claro, una chimenea falsa y parqué en el suelo. Amé mi nueva casa. No dudé en tirarme al sofá.
- ¡Me encanta todo! – exclamé estrechando un cojín contra mi pecho.
- Voy a darme una ducha. No te muevas de aquí.
Allí seguía yo 5 minutos después, en el mismo sitio, tragando techo. Estaba muy pensativo. Nea no me había dirigido ni una palabra desde que vino a ayudarnos con Tian, ¿seguía sintiéndose mal por haberme tocado el día anterior? No dejaba de rondarme la idea por la cabeza. Yo tampoco había sido capaz de dirigirle siquiera un saludo. ¿Sabría acaso que le había visto besarse con Lian? Me iba a explotar la cabeza. Alguien tocó suavemente el cristal de la ventana, yo me llevé un gran sobresalto. A través del cristal pude ver la cara de Nea quien me hizo un ademán con la mano, quería que saliera.
Abrí la puerta del portal, y entorné la puerta. Allí estaba él, llevaba otra ropa, ya no había rastros de sangre. Olía al perfume que llevaba a veces.- Quería saludarte, no he tenido ocasión de hacerlo. Estaba demasiado nervioso, me disculpo si te he asustado antes... A veces actúo mediante impulsos, no podía dejar a aquel tipo con vida...
- ¿Realmente le has matado?
- Por desgracia no me ha dado tiempo a absorber todo su poder, con lo cual sigue vivo... - Se quitó el brazalete derecho, nuestra Luna brillaba con el color de la sangre, a su lado había una estrella muy pequeña.
- ¿Tienes su tatuaje?
- Es lo que significa absorber el poder de otra persona, le robas su marca. – Mi cara era de sorpresa no pensaba que de verdad tuviera también la marca del joven. – Pero no era esto lo que quería decirte...
- ¿Tienes algo que decirte?
- Ayer, me dijiste que estabas enamorado de mí. Lo he pensado... No puedo corresponder esos sentimientos, lo siento Oliver.
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Silver moon
RomanceTrabajo de camarero en un bar cerca de mi casa. Mi madre murió durante el parto y mi padre me abandonó; la única manera de que mi padre me pudiera reconocer es gracias a una marca de nacimiento que tengo en la muñeca con forma de luna menguante. Mi...