Capítulo 61.

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- No le ocurre nada, Ikon ha heredado la parte demoníaca de Lian y al ser tan pequeño está muy descontrolado. – La cara de angustia de ambos era notable.

- ¿Entonces qué va a pasar?

- He hablado con las brujas – continuó Louis. – Están intentando crear un hechizo para bloquear esa parte.

- ¿Y si no lo consiguen? ¡Perseguirán a Ikon hasta matarlo! ¡Tú lo dijiste! – exclamé nervioso.

- Así es – respondió decepcionado. – Pero mientras viva no dejaré que eso le ocurra a mi hijo.

- Jamás pensamos que esto podría llegar a pasar... - intervino Lian.

- Todo se resolverá querida – Louis abrazó a su mujer intentando consolarla.

Realmente deseaba que eso no llegara a pasar nunca, estaba seguro de que pasara lo que pasase yo ayudaría a su familia. Aún si eso costaba mi vida.

- Mandaré a alguien para que arregle eso – comentó Louis señalando al techo.

- Ah, no te preocupes, tenéis que llevar más cuidado con este pequeño. – Acaricié con suavidad su cabeza.

- Los niños son difíciles de controlar – continuó el presidente – tanto como su madre.

- ¡Oye! – soltó Lian.

- Quién iba a decir que conseguiría quitar a Nea de tu mente después de tantos años...

- ¡Louis! – gritó Lian. Él abrió los ojos como platos y se tapó la boca. Inmediatamente me miró a mí.

- Ne... a... - pronuncié.

Yo conocía ese nombre. Un fuerte dolor de cabeza me comenzó a dominar. Fragmentos de imágenes, recuerdos, memorias se agrupaban en mis ojos. Unos ojos plateados, unos colmillos clavándose en mis arterias, un pelo tan negro como el carbón. ¿Qué era todo eso? No conseguía ver a esa persona al completo, pero sabía que provocaba un profundo dolor en mi corazón.

- Oliver, ¿me escuchas? Tranquilízate, sigue mi voz – oí a Gala. – Eso es, no pasa nada...

Conseguí volver, pero me sentía vacío.

- ¿Quién es esa persona de la que solo veo imágenes? – pregunté con seriedad a Louis.

- Por tu salud mental es mejor que no indagues – respondió mientras se levantaba del sofá.

- ¡Louis, dime! Sé que es importante, por favor... ¡te lo suplico!

Lian se acercó a mí por detrás y abrió un pequeño bote delante de mi nariz. Cuando aspiré el dulce olor caí en un sueño imparable.

Me sentía desorientado, no sabía dónde me encontraba. Estaba de día, la luz se filtraba a través de la ventana. Era mi habitación. Me levanté poco a poco, ¿por qué me sentía tan mareado? ¿Cuánto tiempo había dormido? Al bajar las escaleras, Gala estaba preparando el desayuno.

- ¿Ya te despertaste? ¿Cómo te encuentras? – preguntó tras ojearme desde lejos.

- ¿Qué pasó ayer? – seguí cuestionando.

- Nos visitaron Louis y su familia, y te quedaste dormido del cansancio, ¿no recuerdas? – Estaba dubitativo, tan solo tenía imágenes esporádicas en mi cabeza.

- Entiendo... - No creía realmente que tan solo me quedara durmiendo, pero si ella lo decía...

Fuimos a trabajar como cualquier día y al anochecer nos quedamos los camareros, Aaron, Gala y yo para celebrar el cumpleaños de mi querido amigo.

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2020 ⏰

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