Al estar de vuelta en mi cuarto, mis ojos buscaron a Nea que respiraba dormido plácidamente en mi cama. Estuve admirándole por varios minutos. Ya me dijeron una vez que estando cerca de él su sanación sería el doble de rápida. Le acomodé las sábanas, acaricié su cabello y salí en busca de Lian.
Tal y como me había dicho anteriormente, la encontré en la enfermería. Me obligó a tomar asiento y me inspeccionó. Dientes, piel, cabello y pupilas fue en lo que más estaba prestando atención. También examinó mi sangre, tenía anemia, de ahí venía la causa del cansancio extremo que sentía. Por lo general, estaba falto de proteínas y vitaminas. Me colocó un gotero y cargó una bolsa entera de un líquido transparente. No me dijo qué era aquello exactamente, tan solo pronunció: 'Con esto te encontrarás mucho mejor'. Con forme se agotaba la bolsa, me sentía más somnoliento y el cuerpo relajado. Por nada del mundo me quería quedar durmiendo allí, sin Nea cerca no me sentía seguro, y desde que Lian besó a Nea todavía me fiaba menos de ella.Dejé de pensar en ella para observar mejor su zona de trabajo. Todas las camillas estaban ocupadas, ¿acaso todos los soldados que Louis había llevado consigo habían sido heridos?
- ¿Cómo te encuentras ahora? – preguntó Lian de sorpresa.
- Algo mareado – tartamudeé cerrando mis ojos.
- Quédate ahí hasta que te encuentres bien, ¿me has escuchado? ¡Nada de moverse! – repitió con un tono amenazador. Yo reí.
- Oye Lian, ¿por qué hay tanta gente herida? ¿Qué ha ocurrido?
- Tranquilo, no son heridas graves, se recuperarán pronto. – Tomó aire y continuó. – Posiblemente ya te lo hayan dicho, pero cuando te secuestraron, Nea perdió la cabeza. Él intentaba por todos los medios salir de aquí para ir a buscarte a pesar de no saber ni tener una pista del lugar en el que te encontrabas. Estos hombres se abalanzaron sobre él con la intención de detenerlo y Nea..., arremetió con ellos.
De aquella historia, tan solo conocía la mitad. Sabía de alguna manera que aquellos hombres estaban lesionados por mi culpa, siempre era el centro de todo. Y lo odiaba.
- No pongas esa cara, Oliver, ellos están sanos. El más grave tan solo tiene dos dedos de un mano rotos, puedes estar tranquilo. En unos pocos días con un poco de reposo, estarán todos recuperados – dijo con una sonrisa en su rostro. Acarició mi espalda con suavidad para calmarme.
- Pero ellos...
- ¡Preocúpate por ti! – exclamó sin dejarme terminar de hablar. – Tan solo deja la mente en blanco y relájate.
- Sé..., que va a venir... Tian vendrá, lo sé... No quiero que os pase nada, creo que jamás me lo podría perdonar.
- ¿¡Quieres callarte!? – exclamó Lian enfurecida. – Deja de pensar en lo que puede suceder en un futuro cercano. ¡No hay nada escrito! Las cosas serán como tengan que ser, no pierdas tiempo en imaginar...
- L-Lo siento... – murmuré. Agaché la cabeza y volví a cerrar los ojos.
Comencé a pensar en cómo se debía de haber sentido Nea en todos esos días que no estuve a su lado. Estaba seguro de que se sintió muy solo. Ya hacía casi un año del ataque de los Onwu al bar, el día que me quedé prendido de sus ojos, el día que mantuvimos nuestra primera conversación... Cómo olvidar aquello...
Tras ese año, muchas cosas habían pasado, pero él y yo siempre nos hemos mantenido juntos, habíamos desarrollado tal conexión que el uno sin el otro no rendíamos ni la mitad de lo normal. Necesitábamos estar juntos, tenía que ser así.
Yo ayudé a Nea a quitar a Valentina de su cabeza, pero lo más importante es que conseguí arrancarla de su frío corazón. Al principio Nea era más distante, todavía seguía siendo serio, es muy raro verle sonreír, sin embargo, ahora puedo afirmar y corroborar que se ha vuelto más cálido... Quizá por mí, quizá por él....El grito de una garganta femenina me despertó. Al abrir mis ojos tenía la cara de mi guardián justo en frente de la mía. Parecía estar disfrutando de un sueño muy placentero, daba envidia verle en aquel estado. Alguien me había llevado de vuelta a mi habitación y me había dejado en la cama. No sabía tampoco la cantidad de horas que había dormido, pero el sol había vuelto a salir. La femenina voz volvió a emitir un grito: '¡Lume!'. Al parecer Neptuno ya estaba haciendo rabiar a alguna de las magas en el patio exterior, era su manera de divertirse.
Sentía el potente poder de Nea dando vueltas por su cuerpo, su aura estaba serena y controlada. Enlacé sus dedos con los míos y le susurré los buenos días. Yo también me sentía fuerte, notaba mis músculos con más volumen que antes, ¿qué sería lo que me había dado Lian? Fuera lo que fuese había hecho su efecto positivamente. Me sentía capaz de mover una montaña si me lo proponía, pero recordé que no debía de forzarme, ante todo tenía que estar alerta. Mi mayor miedo era Tian.
Hice un amago de levantarme, justo en el momento en el que mi guardián pasaba uno de sus grandes brazos por encima de mí y me abrazaba a él. Sentía su respiración en la nuca lo que hizo que mi piel se erizara en un segundo.- Buenos días – susurró con la voz adormilada. Frotó su mejilla en mi espalda y se acomodó.
- No sabía que estabas despierto..., pensaba...
- Hemos dormido por dos días – comentó con una voz sosegada.
- ¿¡Dos días!? – exclamé sobresaltado. Me di la vuelta y contemplé que ni siquiera había abierto los ojos. - ¿Cómo lo sabes?
- Yanya me lo ha dicho, puedes fiarte de él. Ha estado vigilando de todo mientras nosotros estábamos ausentes.
- No olvides darle las gracias – pronuncié mientras me levantaba de la cama. Estiré mis huesos, necesitaba oírlos crujir. Había pasado muchas horas en aquella cama.
Mi guardián se quedó admirando el techo. Le dejé solo en la habitación mientras terminaba de despertarse. Yo me duché y pude coger algo para comer, mis tripas rugían demasiado.
Regresé al cuarto con las manos llenas de alimentos que habían hecho las cocineras para la hora del desayuno, al abrir la puerta una persona ajena pero conocida me saludó.- Oh Oliver... - pronunció Louis sorprendido.
- ¿Ocurre algo? – pregunté desconcertado, Nea no parecía tener buena cara.
- Tan solo he venido a avisar, han llegado los padres de Nea y me han exigido hablar con él urgentemente. No parecen estar de buen humor.
- ¿Qué ha hecho? – pregunté mirando a mi guardián.
- La verdad es que yo no tengo ni idea, es asunto de los Edevanne, no se me permite entrometerme en los asuntos familiares. Nea, tan solo te pido que no tardes en encontrarte con ellos, por favor. – Él asimiló con la cabeza. Louis también parecía algo consternado.
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Silver moon
RomanceTrabajo de camarero en un bar cerca de mi casa. Mi madre murió durante el parto y mi padre me abandonó; la única manera de que mi padre me pudiera reconocer es gracias a una marca de nacimiento que tengo en la muñeca con forma de luna menguante. Mi...