- ¡Te he dicho que no sé de qué me estás hablando! - exclamó Nea, parecía nervioso.
- Sé sincero, ¿te has vuelto a enamorar de tu protegido? - preguntó Louis.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Louis había dicho 'volver a enamorar'? ¿Acaso ya lo había dicho con su antiguo protegido? En aquel momento mis pies se clavaron en el suelo, no era capaz de alejarme de la puerta, quería seguir escuchando. Sabía que espiar estaba muy mal, pero era algo que me interesaba demasiado como para irme.
- ¿A qué vienen estas preguntas Louis? No estoy entendiendo nada...
- Nea, sabes que no me importa la vida amorosa que quieras llevar, ¡pero me niego a que sea con mis protegidos otra vez! - gritó el enfadado líder. - He perdido a uno, pero no perderé a más. Te prometo que te voy a arrancar la garganta con mis propias manos si haces otra tontería más. - Tras una leve pausa Nea habló.
- ¿Qué es lo que has visto? - murmuró Nea.
- Te lo mostraría, pero es mejor que lo vivas en primera persona. - De repente la puerta se abrió y yo fui arrastrado por una fuerza mayor dentro de la habitación. Nea mostraba una cara de sorpresa. - Chico, es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas, pero ya que estás aquí me vas a ayudar. Por tu mano en su frente.
No podía mirar a aquellos ojos plateados, me sentía avergonzado de haber estado espiándolos. Nea fue quien cogió mi mano para obedecer a Louis. Tras unos minutos de silencio total, una pequeña risa salió de la boca del líder.
- Vaya, vaya... Parece ser que no estás viendo lo que esperabas. Tu cara es un poema.
- No era él... A quien yo vi, no era Oliver - empezó a decir el hombre de ojos plateados. - Era un sueño...
- Nea, no fue un sueño lo hiciste de verdad, besaste a Oliver tan apasionadamente que podría derretir cualquier corazón. Qué pena que no haya sido el mío - concluyó Louis.En aquel momento quería que la tierra me tragara. Mi cara estaba roja totalmente, era imposible para mí levantar la cabeza del suelo y poder mirar a alguno de ellos. Pero ¿qué era lo que había escuchado? ¿Nea me besó pensando que yo era otra persona? Lo que había dicho Lian se estaba cumpliendo, a fin y al cabo, nuestro vínculo era contractual y no amoroso, como yo estaba empezando a creerme.
- Me estás intentando engañar - soltó Nea. - La que estaba conmigo era Valentina. Pude sentir sus pequeñas manos, su dulce voz e incluso su perfume...
- Todo eso fue obra de la ambrosía. Advertí a Oliver de los posibles efectos secundarios que podía tener en ti, entre ellos estaban las alucinaciones. Pero claro, no pensé en que él se fuera a dar cuenta de ello si tú no decías nada.
- Con que eso fue lo que te dijo cuando salimos de su despacho, ¿¡por qué no me dijiste nada!? - exclamó con resentimiento en sus palabras. Nea parecía enfurecido.
- Porque no tenías que saberlo - expuso Louis. - Solo le pedí que te vigilara, no tienes derecho a enfurecerte.
- ¿¡Por qué tuviste que darme ambrosía!? - voceó.
- ¡Debería de haber dejado que te murieras desangrado, estúpido! - vociferó el líder.Gritar a un superior era lo peor que podía haber hecho en aquel momento. Levanté mi cabeza rápidamente, Nea tenía los puños cerrados con fuerza, su mirada era desafiante y rabiosa. De su cuerpo emanaban unas ligeras llamaradas azules que revoloteaban a su alrededor. Mientras que Louis mantenía una posición estable, con las manos dentro de sus bolsillos y una sonrisa pícara. Aquello no pintaba muy bien.
- Te he dicho muchas veces... - Agarró de la pechera a Nea y le levantó del suelo - que no me levantes la voz - dijo con rencor.
Cuando pronunció la última palabra le propinó tal patada en el costado que le hundió en la pared de la habitación en un segundo. Las grietas corrían hacia arriba, los pequeños trozos desprendidos caían con fuerza al suelo. Del impacto había hecho un tremendo agujero allí donde Nea yacía. En aquel momento yo también sentí un ligero dolor justo en la misma zona de Nea, pero nada comparado a lo que debía de sentir él. Me llevé mis manos a las costillas y presioné.
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Silver moon
RomanceTrabajo de camarero en un bar cerca de mi casa. Mi madre murió durante el parto y mi padre me abandonó; la única manera de que mi padre me pudiera reconocer es gracias a una marca de nacimiento que tengo en la muñeca con forma de luna menguante. Mi...