-Dieciocho-

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Luna V.

Mi mañana en el Blake fue muy tranquila por no decir aburrida, nada nuevo, la misma rutina de todas las mañanas. Creó qué mi cerebro murió en la clase de mateticas, aún no entiendo como fue que pasamos de números a letras... Es qué digo, lo primero qué te viene a la cabeza cuándo escuchas la palabra matemáticas son los números, no toda la abecedario y esos signos raros qué no tengo ni la menor idea de dónde salieron.

¡Ni si quieran van a servir para mi carrera!

Cuando sali del Blake quedé en encontrarme con Nina para ensayar mi canción para el Open, la cuál aun no es terminanda.

Rey se encargó dre pasarme a buscar para llevarme a la mansión, yo por mi lado me encontraba con la cabeza recargada sobre la ventana mirando como la vida pasa por delante de mi.

Desde siempre he tenido la costumbre de qué cuándo estoy rodeada de personas me tomó el tiempo de inventarles una historia, Simón y yo siempre lo hacíamos cuándo estábamos en Cancún.

-Sabías qué aquél hombre se levanta a la seis de la mañana todos los dias para ir a su trabajo para mantener a su famila y sale de éste a la seis de la tarde -señalo a un hombre que camina con un maletín en su mano- pero llega a las diez de la noche porque después del trabajó se va a ver a su amante y en verdad tiene dos dias de la semana libres pero le dice a su esposa que trabaja esos dias para pasarlo con su amante.

Rey me mira incrédulo y yo solo mantego mi rostro sin ninguna expresión, su ceño esta fruncido en este momento y trato de no reírme- ¿como sabes eso?

-No lo sé, sólo creó que es asi su vida -me encojo de hombros restándole importancia. El semáforo cambia a verde y el toma el caminó nuevamente.

-Te lo digo conn todo el respeto -me advierte y me mira de reojo- pero éstas loca.

-Pues me gusta estar loca.

El niega con una media sonrisa y sigue conduciendo en total silenció mientras yo me enfocó en seguir mirando por la ventana. Minutos más tarde ya me encontraba entrando a la mansión.

Miró extrañada como dos hombres llevan algunos muebles por la escaleras, pero me alarmó más cuando me doy cuenta de qué son mis cosas, divisó a Elliott parado al pie de la escalera con una sonrisa qué le divide el rostro.

Uh maldito...

-¡Pero que hacen! ¿donde llevan mis cosas?

-A tu nueva habitación -niego- y puedes hacer todos los berrinches que quieras, no volverás a la cueva esa qué llamas habitación.

-Haré que mis cosas vuelvan a ella.

-Y yo que las devuelvan para acá y si tengo que hace pasarme el dia enteró ene esto, ¡pues bien! Tengo tiempo.

-Tienes que ir a la empresa en una hora -le recuerdo cruzandome de brazos.

-Tenemos -corrige y ruedo los ojos- así que ve a alistarte en tu nueva habitación -señala las escaleras con un gesto victorioso.

-Elliott en serio, me siento más cómoda en mi antigua habitación -insisto acomodando mi mochila en mi hombro, ya me empezaba a pesar.

Luna Valente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora