Luna Valente.

-Veintiséis-

Luna V.

La relación de Ámbar y Sharon, la consideró tóxica. El "amor" que se tienen no es sanó y con los años qué tengo aqui me di cuenta de ello, nunca vi un gestó maternal hacia Ambar de su parte, a pesar de qué ella hacia todo lo posible para tener su atención.

Ellas dos pueden ser tan iguales y diferentes al mismo tiempo.

Sharon desdé un princio me dio la impresión de ser una mujer fria a toda costa, no me sentia tranquila a su alrededor, el simple hecho de tenerla en frente hacía qué un nudo se formará en mi estómago y mi piel se erizara.

En éste momento la veo y no la reconozco, no es la misma mujer que vi por última vez. Su peló esta suelto en ondas, su vestimenta sólo es un simple vestido azul con mangas y unos zapatos, su mirada esta algo pérdida y lleva encima un aire de culpabilidad que en cierta parte no me acaba de cerrar.

La verdad es qué yo no llegaria al límite de confiar en ella, no soy una persona rencorosa pero no seria capaz de darle mi confiaza después de qué halla ocultado una información tan importante para mi y se encargará de encerrar a Alfredo en un asiló para evitar qué aquella información llegara a mis manos.

En cuestión de segundos yo sólo me volví una espectadora más de la escena qué esta montando Ambar a Sharon.

-Vaya, apareciste -alargó ella indiferente mientras se le acercaba.

-Ambar cariño...

-¡Ay, por favor! No quieras tomar el papel de madre ahora -la molestia se pinta en si voz- te fuiste.

-Y-yo, yo no queria hacerlo, pero tuve qué hacerlo por tu bien Ambar no estabas a salvo conmigo.

Ambar la mira con indignación mientras parece controlar la lágrimas que amenazan con caer de sus ojos, sus puños se aprieta en que niega con una sonrisa amarga como si le causara gracia lo que dijo.

-Busca mejores excusas Sharon -escupe su nombre- nada justifica lo que me hiciste, ¿desde cuándo te importó mi bienestar, he? Conmigo no funcionan tus juegos.

Barré con su mirada todo el lugar antes de salir corriendo a las escaleras, Sharon suelta un sollozó mientras se sostiene de la pared sin dejar de mirar el lugar por dónde se fue Ambar. Elliott por su parte no parece nada a gusto con la presencia de su hermana aqui y su expresión lo delata por completo.

-Luna -fijo mi mirada en Alfredo quien parece estar esperando una reacción de mi parte desdé qué llegué.

-Lo siento abuelo pero yo no voy a tomar una decisión, eso te corresponde a ti -musitó sabiendo sus intensiones- lo siento, pero tengo que retirarme.

Ignorando los llamados de Elliott subo las escaleras y cuando llegué a mi habitación no volví a salir más de ella.

~•~

Me siento fuera de lugar.

Me siento agena a estas paredes y no logró sentirme tranquila.

Necesito mi vieja habitación, necesitó mi vida antigua, necesitó sentirme en paz, necesitó qué esto sólo sea uno de los tantos sueños raros que tengo...