Luna Valente.

-Cuarenta Dos-

Luna V.

Entró al estacionamiento del Blake y a duras penas logró estacionarme, Elliott se nego a traerme y tampoco dejo qué alguien más lo hiciera, quiere hacerme usar el auto a la fuerza. Salgo de éste y lo rodeó asegurándome de qué no tenga algún golpe o rasguñó, casi atropelló a un chico en bicicleta de caminó.

-Bien, al parecer todo está genial. -musitó al ver qué el auto se encuentra en perfecta condiciones, trató de guarda mis llaves en el bolsillo de mi chaqueta y lo único que gane es qué se me caigan los libros- Mi mañana a sido bastante buena para ser cierto.

Suelto un bufido negándo y me agachó para tomar mis cosas, alguien copia mi gestó y ése alguien es Michel. Me da una amplia y sincera sonrisa, el logra tomar todas mis cosas y me las pasa cuando nos ponemos de pie.- Gracias y hola.

-De nada y hola. -me rio un poco por lo qué dice- tienes una risa muy bonita.

-Gracias supongo. -siento qué me sonrojó- ¿Y cómo estas?

-Bastante bien ¿y tu? Con lo qué pasó ayer con Ambar no creó qué bien. -empezamos a caminar hasta el enorme edificio.

-Nah, estoy bien. -le resto importancia- Ambar y yo siempre nos hemos llevado así, nos amamos infinitamente.

-Lo último sonó como sarcasmo.

-Porqué lo es. -admito- Nuestra relación es algo complicada.

-Ya entiendo. -asiente.

-Oye siento qué debo aclarte esto, porque seguro te tiene muy confundido y es mi relación con Elliott y Matteo. -comentó- Lo del otro dia sólo fue una broma de el, Elliott es mi tio y Matteo mi novio. No estoy coleccionando novios como el dejó a entender.

-Entoces... ¿Todo es mentira? -asiento- no es por nada malo, pero tu tio es algo raro.

-Si, no es el típico tio de familia. -aclaró. Entramos al Blake y al parecer vamos temprano porque todos están en el pasillo hablado tranquilamente. Y mis amigas ya se encuentran caminando a nuestra dirección mientras rien distraídamente.

-Hola chicos. -saludan Jim y Yam al unísono, Nina copia su gestó después.

-Hola chicas -devuelve el saludo Michel, Nina entrelaza nuestros brazos y sólo esperó qué no se me caigan otra vez los libros.

-Tienes que contarme todo, absolutamente todo. -exige mi amiga llamando la atención de las dos chicas a nuestro frente.

-A nosotras también. -sentencian.

-Bueno yo me iré, para qué puedan hablar sus cosas de chicas tranquilas. -anucia Michel sin perder la sonrisa- hasta luego.

-Es tan lindo... -suspira Jim- pero no para mi.

-Primero qué todo. -advierto- ¿sabian qué nuestros novios viven juntos en el mismo edificio?

No me iba a callar eso, jamás.

-Delfi debe saber esto. -comenta Yam sacando su celular.

-Cuenta, ¿como te fue ayer con los padres de Matteo? -insiste Nina.