-Cincuenta Ocho-

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Matteo B.

Sentando en mi sofá con una botella de cerveza  observo como Gaston entra a mi departamento, desvío mi mirada a los restos de un jarrón qué se volvió nada cuando lo estrellé contra la pared. Mi amigo niega y murmurando un sin fin de cosas desaparece por la cocina.

Le doy él ultimo trago a mi bebida y dejo la botella sobre la alfombra. Él cordobés sale de mi cocina con una bolsa de vegetales congelados y me la entrega.- ¿Luna te hizo eso?

-Simón. -llevó la bolsa a mi pómulo derecho qué horas atrás fue golpeado por Simón quién despertó con la noticia de lo qué paso con Luna. También me advirtió qué si me acercaba a ella me iba a dejar él otro ojo morado.

-Nah, debio golpearte más duró. -asegura él ignorando mi mirada de reproché- Te lo mereces y sólo a ti se te ocurre pasar la noche aquí sabiendo qué Simón se enteraría de todo y vendría a romperte la cara, jugaste con su debilidad amigo.

-Gaston no me ayudas.

-Es qué no vine a ayudarte, vine a restregarte en cara cada uno de tus errores. -estiende sus brazos en él espaldar del sofá y cruza sus piernas- Errores de Matteo Balsano parte miel.

-Gaston...

-Número uno:... -me ignora- ...No debiste en primer lugar aceptar ser amigo de la muñequita diabólica de Emilia. Número dos: Tampoco debiste pasar tanto tiempo con ella, no creas qué no me daba cuenta cuándo te pasabas todo él recesó con ella. Numero tres: No tenias qué aceptar su invitación a esa fiesta y poniendo un paréntesis aquí... -hace una ceña con sus manos-...Tampoco debiste ocultarle a Luna qué iba a esa fiesta. Y por ultimo pero no menos importante; Numero cuatro: no debiste besarte con Emilia. Ahora mirate aquí con un ojo morado, creyendo qué si sientes algo por Emilia y llorando cada vez qué te recuerdas qué Luna te dejo.

-No estaba llorando. -miento.

-Puedo apostar qué no dormiste toda la noche haciéndolo. Luna es tu vida amigo, entras en depresión cada vez qué pasa algo con ella y lo irónico de todo es qué tu solito te encargaste de alejarla de ti. -aplaude- Felicidades, perdiste a la mujer de tu vida.

-Estoy a punto de golpearte.

-Pero no lo harás. -asegura- Además, ¿si yo no te digo tus verdades quién lo hará? Exacto, nadie. En excepción de tu madre claro, ella si sabe decirte la verdad.

Empiezo a ignorar a mi amigo y me transportó a la fiestas, lugar donde todo se fue al caño.

-Flash Back-

-¿Te pasarás toda la noche bebiendo y ya? -pregunta la rubia de mechas negras frente a mi- Si ese es tu plan de disfrutar una fiesta dejame decirte qué es muy aburrido.

-¿Y qué hacen las personas según tu en una fiesta? -la observo con diversión.

-En mi caso hablo con extraños y hago una amistad de una sola noche, disfruto de las competencias de chupitos y... -me señala con un dedo- bailo hasta qué me duelan los pies.

-Ni pienses qué pasaré toda la noche bailando. -niego riendo.

-Oh claro qué lo harás. -deja mi vaso sobre una mesa y toma mis manos impulsándome a ponerme de pie con una sonrisa traviesa pintando en su rostro- Vamos a bailar señor solo voy a la fiesta a consumir alcohol.

-Me haces quedar como un alcohólico Emilia. -comentó provocando qué ría.

-Tal vez me has dado razones para hacerlo. -se encoje de hombros, de pronto somos rodeados por los cuerpos sudorosos de las personas qué bailan a nuestro alrededor.

Parado frente a ella contempló como empieza a bailar despreocupada como si nadie la mirará. Muerdo mi labio inferior sintiendo una sonrisa expandirse por mi rostro, no qué es lo qué tanto me atrae a ella. Pero me gusta.

Mi primer movimiento es rodear uno de mis brazos en su cintura acercandola a mi, sus manos se apoyan sobré mis hombros y empezamos a movernos al compás de la música sin molestarnos en alejarnos del otro.

En un impulso ella planta sus labios sobre los mios fugazmente, una vez más aquella sonrisa traviesa vuelve a su rostro. Paralizado me quedó mirandola hasta que decidí tomar su rostro entre mis manos y besarla sin limité alguno.

Esa noche baile con ella hasta qué mis pies dolieron tal como lo dijo ella, no sentamos a hablar y reír por cualquier estupidez mientras él alchol iba tomando mando en nuestra sangre.

-Fin Del flash back-

Recuerdo qué esa misma noche no fue Luna quién durmio en mi cama. Qué yo aún estando abrió fui consciente de qué estaba haciendo algo qué no debía, esa noche eché a perder todo lo qué tenia con Luna y no medi las consecuencias de ello.

Ella tenia razón, yo fui quién arruinó lo nuestro y no tengo ninguna excusa para remediarlo.

Luna Valente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora