-Cuarenta-

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Luna V.

Encendí mi celular y la pantalla se iluminó con cuarenta siete llamadas pérdidas de Elliott y como unos setenta mensajes en dónde me preguntaba donde demonios estaba metida y me amenazaba con reportarme como desaparecida en la policía si no daba señales de vida a la hora del desayunó.

Ya me imaginó el drama qué me espera cuándo entré a la mansión.

Desperté entré los brazos de Matteo y viví una escena muy vergonzosa al ver qué sus sabanas estaban manchadas de sangré dejando en claro qué ya no era virgen, yo entré en pánico y sólo queria qué la tierra me tragará, si hasta que el se despertó y se dio cuenta. Su única reacción fue decirme qué no me preocupará y qué me fuera a dar un baño mientras el las llevaba a lavar, al salir del baño me encontré con mi ropa limpia y seca sobre la cama y el desayuno listo.

Y ahora me encontraba fuera de la mansión después de qué Matteo se ofreciera a traerme y quedar en vernos en el Roller más tarde. El deportivo rojo de Ambar entra por el gran portón y me sorprende qué no haya llegado haciendo ruido como acostumbra hacer.

Supongo qué tampoco quiere ser atrapada por Elliott y sufrir su interrogatorio.

Baja del auto y cierra la puerta con cuidado, ni siquiera se molesta en ponerle alarma. Cuándo me ve se sobresaltada y lleva una mano a su pecho con un gesto molesto.

Me examina de pies a cabeza y luego asiente- No pasaste la noche aquí.

-Tu tampoco.

-Te fuiste con Matteo -dice con una afirmación- interesante.

-Será interesante la manera en la que te callaré si le dices a alguien que no dormi aquí. -finjo una dulce voz mientras hablo.

-Lo qué sea -juega con las llaves de su auto entré sus dedos- ¿cual es el plan?

-¿Debe ver uno?

-Si no quieres qué Elliot, el abuelo o tus padres nos atrapen, si.

-Entoces hagamos uno.

Lo sé, yo tampoco creí qué estaria en una situación así con Ambar.

~•~

-Buen dia familia. -saludo entrando al comedor dónde todos están desayunando con una amplia sonrisa, me siento en el lugar libre y Elliott me da una discreta mirada para nada amigable.

-Alguien desperto de buen humor -habla mamá tomando de su café- ¿como te fue anoche? No te oi llegar.

Si supieras...

-Bien, todo muy tranquilo en la fiesta -miro de reojo a Ambar- Elliott me pasó a buscar por ahí, llegamos juntos y todo. Qué raro qué no nos hallas escuchado.

-Anoche todos se durmieron temprano -niega Alfredo.

-¿Y tu Ambar? ¿como te fue ayer? -pregunta Elliott fingiendo interés, los miro de reojo y me dedico a servirme café, últimamente me e vuelto fanatica de el.

-Estupendo, sali con mis amigos a dar una vuelta -contesta ella llevándose una uva a la boca- ¿y a ti? Me enteré de qué fuiste a cenar con Victoria.

Luna Valente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora