Quizás las utopías son cosas que nos mantienen reconfortados bajo las roídas mantas de la vida, aunque a veces los planes no salen según lo planeado y los sueños se tranforman poco a poco en pesadillas.
Deseas enamorarte del capitán del equipo de baloncesto, de ese chico malo que custodia su moto como oro en paño o de tu caliente y deseado jefe en el trabajo, pero la vida trae sorpresas e intercambios de expectativas.
También trae torbellinos y ráfagas de viento que te sacuden y te tiran al suelo, notando por fin bajo las sucias palmas de tus manos toda la pobreza y tristeza que reina en las calles humildes de cualquier ciudad. Cada una de las múltiples bocas por alimentar y cada uno de los ojos cansados de tanto llorar por una vida mejor.
Andamos por el mundo con intención de controlarlo todo, incluso nuestro propio destino. Ni siquiera creo en esas cosas místicas, pero me pregunto arduamente a diario si el hecho de encontrar a Luke Hemmings fue un acto predecido por un ente poderoso y omnisciente que quería darme una lección vital.
Nadie quiere caer de rodillas ante una persona de mal aliento, mala alimentación y mal pasado. Nadie piensa que se rendirá ante la personalidad subliminal y angelical de un Sin Rostro cualquiera que sólo se dedica a cantar con su guitarra y a vender manualidades cuando consta de un mayor presupuesto, mojándose bajo la lluvia y alegrándose ya que eso es la mejor ducha que se puede permitir.
Ninguno de nosotros tenemos el poder de saber qué ocurre en la vida de cada individuo, aunque algunos fantaseemos con leer mentes. No tenemos ni idea de las mochilas de piedras que cargamos, hasta que un día nos atrevemos a tirarlas al mar para deshacernos de tanto peso tóxico e inmoral. Tiramos por la borda cada pensamiento autodestructivo para que se hunda en lo más profundo y se destruya por culpa de la erosión causada por la sal y el movimiento de las furiosas olas, que representan cada pesar y fallo que nos ha formado como personas.
Bienvenidos a la máquina del tiempo donde me metí para cambiar todo mi mundo, revirtiendo todos los errores de mi pasado para poder formar un futuro digno. Bienvenidos al momento en el que un Indigente sin calcetines, dinero y apenas esperanza me hizo ver que era incluso mejor que un chico soñado de película. Bienvenidos a la vida real, no a un cuento de hadas magnífico y diseñado para desfallecer a causa de la trama predecible y mágica.
Bienvenidos a mi historia con Luke Hemmings, el indigente de la tienda de mi barrio.
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Indigente || Lrh
FanfictionA Lena no le hizo gracia encontrarse a ese joven con ropa andrajosa y pasada a la moda, tirado en el suelo junto una lata de centavos y una guitarra. A Lena no le gustaban muchas cosas, pero Luke Hemmings comenzó a ser la excepción. Septiembre del 2...