A Lena no le hizo gracia encontrarse a ese joven con ropa andrajosa y pasada a la moda, tirado en el suelo junto una lata de centavos y una guitarra.
A Lena no le gustaban muchas cosas, pero Luke Hemmings comenzó a ser la excepción.
Septiembre del 2...
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—Eh, por favor, dejad paso —Pido con paciencia, soportando a la multitud de gente que tapona el pasillo.
Ruedo los ojos e intento colarme entre los brazos de unos jugadores de fútbol, soportando el sudor que desprenden por culpa del reciente entreno. Al ver que es imposible, espero cruzada de brazos. Odio el simple hecho de tener que ir a los malditos casilleros entre clase y clase. Parece que todos vamos al nuestro automáticamente y sin ver por dónde caminamos, aplastando a los demás con tal de no llegar tarde a nuestros cursos.
A lo lejos veo a un grupo de chicos y chicas riendo y jugando con una pelota, lanzándola al aire y corriendo por la estancia, molestando al famoso chico de la silla de ruedas.
Aunque pensándolo mejor, probablemente ya era lo suficientemente conocido antes, sólo que ahora es el principal tema de conversación desde la vuelta a clase junto a mi relación con Luke.
Él participaba en el equipo de natación, siendo también amigo de Adam y de nuestro grupo. Incluso estuvo saliendo dos semanas con Kay, ahora que lo recuerdo. La verdad es que era popular por su destreza en el agua y por su físico, pero siempre se mantuvo lo suficientemente alejado de todos nosotros para no contagiarse con nuestras ideas.
Observo cómo se molesta en pasar sin molestar a nadie, no pudiendo manejar bien su asiento debido a que cuando intenta alejarse de la escena ellos corren hacia el centro para seguir con su estúpido jugueteo.
—Chicos, llegaré tarde a clase...
—¡Sam, no seas un aburrido!
El sujeto se lleva la mano a la cabeza, pasándola por su pelo castaño lentamente.
—Aún no estoy acostumbrado a ir sin que me empujen, así que con mis brazos necesito el doble de tiempo que vosotros.
—Pues vete por otro camino, nosotros estamos ocupados —Veo que Harry está con el grupo y Adam, extrañamente sin Kay a su lado.
—Venga, tíos, será sólo un segundo —Suplica.
—No nos apetece perder el tiempo —Un rubio se queja, suspirando.
Mis puños se aprietan de rabia y paso sin cuidado por los huecos vacíos entre la gente, disculpándome de vez en cuando cuando soy un poco brusca. Rodeo con mis manos los dos soportes de detrás de la silla, empujándola y caminando tranquilamente con él. Los chicos se sorprenden y yo bufo sin mirarles, alzando mi cabeza con suficiencia. Sam abre ligeramente la boca, frunciendo el ceño e intentando girarse para corroborar que la persona que lo lleva se trata de mí.
—No tenéis corazón —Comento después del silencio, carraspeando y acelerando mi paso.
—Wow, menudos modales. ¿Adam hace mucho que no folla, o qué? —Harry sonríe mostrando sus dientes, intentando molestarme.
—Pregúntale eso a tu madre —Contesto sin pensarlo mucho, causando las risas de todos menos la suya.
