A Lena no le hizo gracia encontrarse a ese joven con ropa andrajosa y pasada a la moda, tirado en el suelo junto una lata de centavos y una guitarra.
A Lena no le gustaban muchas cosas, pero Luke Hemmings comenzó a ser la excepción.
Septiembre del 2...
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Sombras. Luces y sombras. Todo lo que fuimos, somos y seremos se resume en eso.
Colores. Oscuridad y matices. ¿De qué sirve, Calum? ¿De qué sirve mancharse con los óleos de otras personas? Todo honor y toda gloria descienden sobre tu propio lienzo. No sobre el de los demás. Recuérdalo y siempre sabrás quién eres. Tus raíces y tus orígenes son las únicas cosas que te hacen resaltar como un individuo. Aunque no sean lo mejor del mundo, forman parte de ti. Todo esto que estamos haciendo es por nuestro bien. No olvido de dónde vengo, créeme, pero estoy cansado de ser ese crío hijo de marineros. Quiero ser alguien más. Quiero llenar Wembley con mi guitarra o con mi piano. Quiero hacer sentir algo a la gente; ya sea tristeza o unas míseras ganas de hacer algo con su vida. Quiero ser Luke Hemmings, no para que me adoren, sino para que me tengan en cuenta. Para que se agarren a mis manos cuando la vida les tire piedras y dardos helados que congelan el corazón. ¿No lo entiendes, Hood? Si no hacemos nada, moriremos como sucias ratas y no seremos recordados. Somos adolescentes, ¿y qué? Nunca volveremos a ser igual de jóvenes como en este momento, así que no podemos escudarnos en la estúpida frase de "todavía tenemos suficiente tiempo". Te espero el viernes, no me falles. Mikey tiene una idea grandiosa.
Alzo las cejas, levantando los ojos del papel arrugado y oscurecido por el tiempo.
—¿Quién es Mikey?
—Nadie que merezca ser recordado.
Me pierdo en los ojos cansados de la individua, suspirando y colocando mi pelo a un lado mientras que me sirve un zumo de naranja casero.
La señora Brown parece estar contrariada, preocupada por algo sin sentido concreto. Llevo como veinte minutos aquí sentada y sólo me ha propuesto desayunar, tirándome encima de la mesa esta carta antigua e insignificante por el paso de los años.
Pero fue escrita por Luke, cosa que le suma una gran cantidad de importancia.
—¿Por qué no dices nada?
Frunzo el ceño al darme cuenta de que no consigo tratarla de "usted", simplemente por no estar acostumbrada a ello. Ella se sienta a mi lado, suspirando y pasando la mano por su cabello corto y carente de pigmentos.