Sonrío cuando Jimmy comienza a pelear con el Transformer que sujeto, hablando con voz aguda para otorgarle una personalidad a la Barbie que tiene en la mano.
Madison de mientras acuna a la pequeña, sentada con nosotros y jugando a las muñecas también. Se dedica a decorar su casa mientras que nosotros luchamos en un combate cuerpo a cuerpo para ver quién será el jefe de la "tribu". Este niño tiene demasiada imaginación.
James de mientras ve un partido de fútbol con una cerveza sin alcohol a su lado, cosa que me cabrea porque es un obsesionado de este deporte. Esa disputa deportiva sucedió hace dos semanas y desde que su equipo se clasificó en las rondas finales no para de ver una y otra vez la misma retransmisión grabada en un CD. Por Dios, ya casi nadie usa de esos. Vive estancado en los años ochenta.
La prostituta lleva toda la tarde preocupada por la situación de Luke, notándose un poco molesta con él. Decido no maquinar hipótesis y sigo a lo mío aunque la curiosidad me mata por momentos. Creo que ella ahora es el foco donde descargo toda mi rabia, ocupando el lugar que el rubio tenía anteriormente ganado. La veo como una rival por mucho que me cueste admitirlo.
—¡Ya estoy en casa! —Exclama desde la puerta principal, cerrándola con cuidado. Sus pasos cansados se acercan al salón y asoma la cabeza por la puerta para poder analizarnos.
—¡Lukey Dookie! ¿Qué tal? Estoy viendo un partido, ¿te apuntas? —Le muestra los cuencos de frituras, sonriendo amable.
Ruedo los ojos y juzgo a James de forma dura.
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¡Ha llegado tarde! ¡Podría haberle pasado cualquier cosa! —Le regaño, haciendo que me saque el dedo medio y vuelva a degustar su paquete de patatas fritas.
Madison al ver esto le explica al pequeño que es un gesto prohibido. Jim obedece y se tira en el sofá, abrazando a mi hermano con necesidad. Él ríe y acaricia su pelo, explicando que debe gritar "¡Gol!" cada vez que la pelota pase la portería.
—¿Dónde has estado? —Murmura Madison, mirándole fría.
Luke sonríe enternecido por el pelirrojo y se agacha en el suelo para besar la frente de Mad, acariciando su cabellera azabache con todo el cuidado del mundo. Luego me toca la nariz con su dedo índice y sostiene a Danielle en brazos, aplastando a mi hermano en el sofá y riéndose con él. La pequeña sigue dormida, aferrándose a la camiseta rota del joven de forma inconsciente.
—Hombres... —Gruño negando. Madison me da la razón, moviendo de forma afirmativa su cabeza para indicar su apoyo.
—¿De qué equipo eres? —El rubio sigue ignorándonos, mientras que James le ayuda con ello.
Le muestra la equipación que lleva puesta, dejando claro que ese es su equipo favorito.
—¡Yo también soy de ese! —Defiende el pequeño, aunque no tenga ni idea del tema.
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Indigente || Lrh
FanfictionA Lena no le hizo gracia encontrarse a ese joven con ropa andrajosa y pasada a la moda, tirado en el suelo junto una lata de centavos y una guitarra. A Lena no le gustaban muchas cosas, pero Luke Hemmings comenzó a ser la excepción. Septiembre del 2...