Suspiro con una sonrisa, sentándome en el sofá mientras que espero con impaciencia. Río ante un comentario que hace, fijándome en su perfil mientras que hunde la mano en las profundidades de un cajón, sacando el paquete con motivos coloridos del que tanto me ha hablado.
—Bueno... Aquí tienes. Espero que te guste, me imagino que he acertado —Dice seguro de sí mismo, asintiendo ante sus propias palabras. Me tiende el bulto misterioso y luego se sienta a mi lado, pasando un brazo por mis hombros y atrayéndome a él.
Sonrío como una niña pequeña, haciendo hipótesis varias en mi cabeza sobre qué puede ser el regalo.
—Gracias Adam, eres el mejor —Murmuro, imaginando de forma inconsciente al indigente rodando los ojos por ese mismo comentario.
En mi tiempo pasado con Luke me he dado cuenta del hecho de que no le gusta recibir cumplidos ni alabanzas, pero ahora mismo no debería de estar concentrando todos mis pensamientos en él. Han pasado demasiados días y de seguro ya está siguiendo su vida, olvidándose de mí, así que debo de hacer lo mismo por mi bien. Siempre he creído que es más fácil deshacerse de algo antes que cambiarlo, aunque en esta situación está siendo más difícil que de costumbre.
—¿Vas a quedarte así todo el día? Voy a quedarme dormido a este paso.
Me doy cuenta de que estoy quieta, teniendo una conversación conmigo misma en mis adentros, inspeccionando las posibilidades que tengo para superar el tema. Suspiro y niego, abriendo rápidamente el obsequio y rompiendo en cientos de pedazos el papel que lo envuelve, quedándome estática al ver lo que es.
—Vaya, cariño... Gracias, no tendrías que haberte molestado—Sonrío leve, algo desilusionada ya que me esperaba unos zapatos o simplemente algo de lo que le he estado hablando miles de veces. Yo deseaba mi camiseta de "Niall Horan is my Boyfriend", demonios.
Entre mis manos sujeto el diminuto conjunto de lencería rojo y negro que me ha regalado, analizándolo. ¿Cómo se supone que voy a caber ahí dentro? Parece diseñado para una muñeca, y la verdad es que soy una persona muy simple para esas cosas. Mis amigas me han hablado de los tangas, pero yo me niego a renunciar a mis bragas de Garfield. Me daría vergüenza admitirlo, pero el primer paso para convertirme en una mejor versión de mí es ser Yo misma, ¿no?
—Por nada, Pastelito. Lo vi y te imaginé con él, sabiendo que te quedaría demasiado sexy, así que no me pude resistir. Ahora, ¿puedes darme mi regalo de una vez?
Suspiro desanimada por su actitud y asiento, dejando a un lado la ropa. Saco una pequeña caja de mi bolso, dándosela con un poco de miedo. Él me la arrebata de las manos y deshace el envoltorio, mirándome asqueado.
—¿Qué pasa? —Murmuro bajando la vista hacia mis pies, moviéndolos de forma torpe de un lado a otro para distraerme.
—¿En serio te atreves a darme tal mierda?
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Indigente || Lrh
FanficA Lena no le hizo gracia encontrarse a ese joven con ropa andrajosa y pasada a la moda, tirado en el suelo junto una lata de centavos y una guitarra. A Lena no le gustaban muchas cosas, pero Luke Hemmings comenzó a ser la excepción. Septiembre del 2...