Want You Back. // 5sos.

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Suspiro abriendo la alacena más cercana a mí, negando decepcionada al ver que sólo hay una caja de cereales y unos pequeños botes de especias

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Suspiro abriendo la alacena más cercana a mí, negando decepcionada al ver que sólo hay una caja de cereales y unos pequeños botes de especias. Me niego a cenar una triste lata de sardinas por Noche Buena como tiene pensado hacer James, así que suspiro y saco de un cajón el libro de recetas de Derek, o mejor dicho de "papá". Siempre digo que vivo con mis padres, ya que él para mí ya forma parte de la familia. Me daría vergüenza aceptar que mis verdaderos progenitores se odian y se insultan cada vez que tienen que hablar por teléfono sobre el sueldo que él nos debe transferir a mi hermano y a mí, así que lo tapo lo mejor que puedo de manera pública.

—¡James! —Grito desde mi posición, ojeando las diferentes posibilidades que me llaman la atención— ¡Ven un momento!

—¡Déjame en paz, bruja! —Grita desde su habitáculo, ignorando mi existencia ya que está muy ocupado en una de sus tonterías.    

—¡Fuego! —Chillo, alzando las cejas— ¡Hay fuego! ¡Se va a quemar la cocina!

Puedo percibir el sonido de sus zapatillas bajando de manera muy estrepitosa las escaleras de nuestra casa, muerto de miedo. Llega con un vaso de agua en la mano y con una fotografía en la boca, demasiado nervioso. Al darse cuenta de la situación, me mira con odio, suspirando y desplomándose contra el marco de la puerta de forma angustiosa.

—¡Dios mío! ¡Casi muero del susto, maldita! —Suspira después de coger la imagen entre sus dedos, tomando aire para recuperarse.

—¿Y ese vaso de agua? —Pregunto curiosa, cambiando de tema.

—Era lo único que tenía a mano para apagar el incendio —Dice obvio.

Niego incrédula, pensando que es un idiota de campeonato. Me siento en la silla de mimbre más cercana y crujo mis dedos, lista para cocinar un buen festín. Siempre comí como una reina en estas fechas, ahora me niego a comer como una cualquiera.       

—Vamos a cocinar un pavo relleno, así que vístete y abrígate. Ya estás tardando —Ordeno. Entreabre ligeramente sus labios y niega indignado.

—Estaba trabajando en un reportaje para el periódico y me has perturbado para una estupidez, lo que me faltaba. ¿No te puedo llevar en coche a una pizzería? La podemos pedir para llevar, y después podemos ver películas navideñas en el sofá. ¿Sabes lo jodido que es cambiarse de ropa en invierno? Sólo quiero congelarme lo necesario.

—Iremos al supermercado, estoy cansada de comer pizza —Ruedo los ojos. Él hace lo mismo, suspirando.

—Está bien, pero llevaré mi cámara. Tengo que hacer fotos sobre los alrededores para ensalzar la importancia del barrio, si lo hago bien mi reportaje irá en portada —Comenta orgulloso, pensando en qué hacer mientras que sube a su cuarto.

—Nadie lo va a leer —Ruedo los ojos, poniéndome los zapatos y la bufanda que suelo llevar. Recojo mis cosas y lo espero en la entrada de casa, suspirando al ver que tarda un poco.

Indigente || LrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora