A Lena no le hizo gracia encontrarse a ese joven con ropa andrajosa y pasada a la moda, tirado en el suelo junto una lata de centavos y una guitarra.
A Lena no le gustaban muchas cosas, pero Luke Hemmings comenzó a ser la excepción.
Septiembre del 2...
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Salto ligeramente cuando oigo el portazo que el rubio propina al entrar en la sala del director de forma accidental, o eso creo. Su mirada no transmite nada de paz hoy.
—Hemmings, bienvenido —El responsable del centro suspira haciendo una mueca de desgano— Acabo de hablar con Lena sobre sus anteriores agresiones con diferentes alumnos, llamaremos uno por uno a los compañeros de su clase para que testifiquen de forma anónima y así tener pruebas contundentes. Quizás todo esto que me ha contado tu querida chica ha sido exagerado y por eso debemos ser precavidos.
Luke se sienta sin apoyar la espalda en la silla que hay a mi lado, dejándome ver con nitidez su ojo morado, su ceja partida y sus mejillas magulladas por la pelea de hace unos días. Rueda los ojos y realiza uno de sus mohínes, sin perder mucho la paciencia.
—Sólo hay que verme para darse cuenta de que esta gente no es pacífica, sino cruel. Además, ¿qué ganaría ella mintiendo? Se está exponiendo a muchos más problemas al contar lo que está sucediendo.
El señor Torres sonríe cínico y se coloca mejor la corbata, ignorando sus palabras como si le entrasen por un oído y le saliesen por otro automáticamente.
—Esa cuestión ya se está tomando en cuenta. Ahora hablaremos de ti, y como ya puedes suponer, de tu despido.
—Lo sé —Rueda los ojos de nuevo, aunque frunce un poco el ceño por el dolor que siente en la cara con sus movimientos. Yo no puedo evitar mirarlo con pena.
—Lena, será mejor que esperes afuera, esto es privado entre jefe y empleado.
Asiento y me levanto en completo silencio, dejando la silla sin arrimar y notando sus dos pares de ojos sobre mí, observándome con total interés. Antes de cerrar la puerta puedo ver cómo el director le tiende un puñado de papeles.
Suspiro y me siento en la sala de espera mientras que me entretengo en Instagram, mirando el buscador de ususarios sin realizar ninguna búsqueda en concreto, hasta que la mejor idea de mi vida se asoma en mi teclado.
Al momento escribo @jackhemmings a toda prisa, sabiendo que es imposible que mucha gente se llame así. Sonrío amplio al encontrarlo en los resultados de referencia, fijándome como puedo en la pequeña foto de perfil, donde aparece con Celeste y un perro negro. Me meto en su perfil y casi grito al ver que es público, analizando muchas de sus fotos y comentarios. El parecido con su hermano pequeño es impresionante, mientras que Ben es distinto a ellos dos. Acabo siguiéndole y escribo en el chal privado un "hola, ¿me recuerdas?" sin esperar una respuesta en concreto, ya que el otro día dejó claro que para él estoy muerta.
