Big Time Rush. // Big Time Rush.

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—Dime, ¿es una mierda? —Musito insegura

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—Dime, ¿es una mierda? —Musito insegura.

—Le gustará —Responde mientras que observa mi dibujo, inspeccionándolo con sus esferas azules.

—¿Pero es una mierda? —Mordisqueo mi labio.

—Lo has hecho con buena intención, así que a mí me parece algo adorable —Besa mi sien, entrando en casa antes de mí.

Suspiro profundamente y cierro la puerta, sintiendo a Molly subirse a mi pierna para que acaricie su cabeza. Lo hago y después subo a mi habitación, dejando mi mochila, zapatos, calcetines y chaqueta tirados de cualquier manera.

Bajo de nuevo las escaleras con todo el terror del mundo dentro de mí, sabiendo bien que James está en la cocina.

Aprieto el dibujo a mi pecho mientras que me abrazo al papel, suspirando y cruzándome con él, notando sus ojeras y su sonrisa triste al verme. Trago saliva sintiéndome demasiado estúpida y culpable, ignorándole porque no sé qué decir.

—Hola —Murmura de espaldas a mí, demasiado tímido para ser él.

Me siento tan mal y me parece tan tierno que no puedo evitar abrazarle por la espalda, aferrándome a su cuerpo y cerrando mis párpados. Suspira profundamente y se gira para quedar de frente, devolviéndome el gesto y enterrando su cabeza en mi pelo.

—Soy una estúpida.

—Todos lo sabemos —Responde natural, encogiéndose de hombros.

—Nada de lo que te dije es cierto —Intento no enfadarme por su comentario, dejando mis manos en sus mejillas.

Él muestra una mueca y mira hacia otro lado, sin creerme en lo que digo.

—Sé que ahora no voy a arreglar mis fallos con unas disculpas, pero es lo mejor que puedo hacer. Además, sé que eres rencoroso como el demonio. Lo siento —Me sincero, acariciando su hombro.

—No es mi culpa si mi signo zodiacal es tauro...

—¡Eres rencoroso porque sí, no por la astrología! —Ruedo los ojos.

—Cállate —Suspira profundamente, pasando los dedos por su pelo.

Niego y le tiendo el dibujo que le hice hoy en clase de arte, poniéndome roja al momento. Él lo sostiene con el ceño fruncido.

—¿Para mí? —Me mira confundido.

Asiento tragando saliva y él sonríe mostrando sus blancos dientes, besando mi cabeza y volviéndome a abrazar.

—¡Voy a ponerlo en la nevera! —Se anima, cogiendo un imán decorativo  con sus dedos y prendiendo el folio con él.

—James, siempre ponías mis dibujos en el frigorífico para hacerme sentir orgullosa, pero ya no soy una niña —Vuelvo a entornar mis ojos.

Indigente || LrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora