—¡Helena! ¡Helena, mira esto! — Observo a Luke mientras que corretea para llegar a donde me encuentro, señalándome un estúpido sweater azul hecho a mano, el cual tiene guardado dentro de una bolsa de plástico. Me dan igual sus estúpidas ilusiones por haber conseguido ropa nueva, si yo me pusiese así por cada vez que me compro algo estaría cada dos días de la misma forma que él.
—Uh... Sí, sí. Muy bonito —Digo sin prestar atención— Ahora vamos al centro comercial, necesitas estar decente para la fiesta de Kay.
Él me sonríe ampliamente al oír de mi boca esa sentencia, notándose orgulloso de que me guste la nueva prenda que tiene en su poder. Al parecer no se ha dado cuenta del hecho de que me da completamente igual.
—¿A que sí? —Camina alegremente a mi lado, dejando que lo guíe hacia donde lo quiero llevar— La señora Brown lo tejió para mí en sus ratos libres; es su regalo de Navidad. ¡Es jodidamente genial! ¡Casi nadie se toma tanto tiempo en hacer esas cosas! ¡Pienso guardarlo con mi vida! Sólo lo utilizaré para ocasiones especiales, o para Molly si tiene demasiado frío... Simplemente es lo mejor del mundo.
—Luke, no es para tanto —Suspiro irritada, esperando a que me conteste de malas formas, haciendo un mohín como de costumbre. Pero no, en vez de recibir lo que me espero, sólo se oye un estruendo— ¿Luke?
Y ahí lo observo, en medio de la calle con su estúpida caja rítmica tirada en el suelo y sus manos rodeando su boca, tosiendo como loco. Ir en camiseta de manga corta y en pantalones rotos en puro invierno no es nada sano, y menos para un cuerpo tan anémico y escuálido como lo es el de él. Empieza a toser mucho más fuerte, sufriendo un pequeño ataque de esos que destrozan las cuerdas vocales y la garganta, dejándola dolorida y con una temperatura similar al Inframundo. Me agarro a él para que se apoye en mi hombro y lo miro asustada, con algo de miedo.
—Demonios... —Murmura mirando al instrumento volcado en el suelo— Soy muy torpe, lo siento.
Cuando se dispone a recoger la caja rítmica suspiro, observando que a sus espaldas carga su guitarra además de su mochila. Sumándole el peso que lleva en los brazos con la caja y la bolsa del sweater, parece una mula de carga. Suspiro y froto mis manos enfundadas en mis guantes favoritos, muriéndome de egoísmo y arrancando de mi cuello con todo el dolor del mundo la bufanda que ahora mismo me está aportando más calor.
—Idiota... Mírame —Hago una mueca y veo que se queda quieto como una estatua, sin poder actuar ante lo que está pasando.
Me pongo de puntillas para poder enrollar su cuello con la reconfortante lana gris que tanto necesita, haciéndole una bonita bufanda y luego pasando las manos por su pecho a modo de caricia. Sonrío de lado al verlo sonrojado, cosa que es demasiado extraña en su comportamiento habitual. Se dedica a hundir su nariz ahí, buscando calidez al tenerla congelada.
—Gracias Lena... Es perfecta, el único inconveniente es que huele a tu perfume.
Me río por el comentario, alzando las cejas y dándole un empujón. Luke me está dando pena. Sólo quiero que sobreviva a este puto invierno, o que vaya por la vida de una forma más digna a la de un indigente.
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Indigente || Lrh
FanfictionA Lena no le hizo gracia encontrarse a ese joven con ropa andrajosa y pasada a la moda, tirado en el suelo junto una lata de centavos y una guitarra. A Lena no le gustaban muchas cosas, pero Luke Hemmings comenzó a ser la excepción. Septiembre del 2...