Nada es lo que parece [SuperCorp]

XXXIX

Lena

Después de tener el mejor sexo de mi vida, mi primera vez con Kara, nos quedamos dormidas, pero cerca de las 5 de la mañana siento a mi rubia moverse en la cama, me despierto para ver que era lo que estaba pasando.

Kara seguía con los ojos cerrados, moviéndose desesperada, parece que está teniendo una pesadilla.

Me acerco a ella, suavemente la empiezo a agitar con una mano para que despierte.

— Hey, Kara, despierta.— le digo en susurro.

Después de varios intentos, Kara despierta de un golpe, veo a su rostro y tiene los ojos llorosos.

— Kara.— digo sorprendida al verla así de mal.— ¿Qué pasó? ¿Qué soñaste?

No me respondió. Se abalanzó hacía mí, me abrazó y se puso a llorar en mis hombros. Yo solo seguí su abrazo y trataba de tranquilizarla haciéndole cariño en su espalda.

— Fue horrible, Lena.— decía entre sollozos.

— Hey, ya pasó. Ya pasó. Todo estará bien.

— Estaba todo oscuro. Estaba yo sola en un valle oscuro. Hasta que escucho unas risas acercándose a mí. Me tenían ahí, atrapada, sin poder moverme... y...— Kara no podía seguir hablando, creo que le dolía recordar aquel sueño que creo saber que era.

Me separé del abrazo, tomé el rostro de mi kriptoniana y la miré a sus ojos azules.

— Cierra los ojos.— me hizo caso.— Imagínate un campo, soleado, con los sonidos de las aves cantar. ¿Puedes visualizarlo?— asintió aún con lágrimas en su rostro.— Imagínate a nosotras dos ahí en un día de campo.— Era un sueño que tenía desde ya hace un tiempo cada vez que me sentía sin esperanzas, sin ánimos. Ese sueño me ayudaba a tranquilizarme.

— ¿También soñaste eso?— me dijo aún con sus ojos cerrados.

— ¿También?— dije algo sorprendida.

— Sí. Porque ya he soñado esto antes. Las dos juntas en un campo junto a un...

— Río. — dijimos al mismo tiempo.

Kara abrió sus ojos y su vista fue directo a mis ojos. Veía ese brillo en sus hermosos ojos azules.

— Podemos... podemos tener nuestra primera cita en ese campo.— dije sin dejar de mirar y ella me dio una gran sonrisa.

— Eres inteligente, Lena.— y me dio un suave beso obteniendo un Sí de respuesta.

De ahí seguimos durmiendo abrazadas una de la otra, en cucharita.

A la mañana, al despertar, me vestí rápido para dirigirme a L-Corp, tenía que ver como se encontraba Sam, o Reign, tenía que ver como iba el proceso, aún cuando la tengo sedada.

Iba a salir del apartamento, pero Kara me detiene.

— ¿A dónde vas tan apurada?

— Tengo que ir a resolver algunas cosas en L-Corp, luego vuelvo para que tengamos nuestra cita en el campo.— le digo con una sonrisa en mi rostro.

— Entonces será mejor que te deje ir si quiero que vuelvas pronto.— asentí y salí rápidamente.

Me sentía mal por ocultarle tal cosa a mi novia, tener a un worldkiller encerrada en mi laboratorio. Prometo decirselo pronto, pero ahora que tendremos nuestra cita, no quería estropear todo por una simple mentira.

Llegué a mi laboratorio, encendí las luces y observé a Sam ahí acostada en su camilla, aún sedada. Me tranquilicé al verla bien dentro del estado en que estaba. Revisé en los computadores si había alguna anomalía en su sistema o algo que pudiera decirme cómo es que se activa esa otra personalidad de Sam, Reign.