capitulo 11

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Pov Elia

Odie tanto haber dejado a Camila en esas condiciones pero soy una profesional ante todo y eso era lo que me caracterizaba de los otros, mi ética, mis valores y sobre todo mi amor hacia la medicina cuando me gradué hice un juramento de salvar todas las vidas que fueran necesarias he inclusive si mi vida estuviera en riesgo primero atendería a quien me necesitará, el punto es que lamente haberla dejado justo cuando sentía que se quebraría así que decidí mandarle un mensaje para remediar lo ocurrido.

Mensaje para Camila:

Elia: Hola hermosa espero tengas una hermosa noche, disculpa por lo de a noche de verdad fue imposible cancelar pero te recompensare ya lo verás qué tal si paso por ti?
Lo leí muchas veces y no era ni tan necesitado pero tampoco desinteresado era justo lo que quería decir así que lo envíe, espere unos minutos cuando sentí mi celular vibrar y con una sonrisa leí su nombre solo que la sonrisa se me quitó al leer el contenido.

-CAMILA: Perdón Elia ya tengo planes con Sara está noche discúlpame, también estoy llena de trabajos esta semana se me ara imposible verte ya será a la próxima ten buena noche y conduce con cuidado nos vemos.

Pero qué carajo que cambio en ella como que este ocupada esto es estúpido, estará enojada o a caso era en serio eso de alejarse de mí, que coño sucedía con ella apenas hace unas horas atrás estábamos tan bien y ella apunto de decirme lo que tanto le afectaba, que hizo cambiarla de opinión a caso he echo algo malo, claro que no.

Pensé enviarle un mensaje de nuevo y y se me ocurrió que sería mejor ir a su oficina así me diría personalmente que demonios le sucedía, es decir si está en sus días podría entenderlo soy mujer por un carajo se que en esos días somos tan sentimentales o al menos decirme que podría verme mañana, estoy decida a ir.

Iba con rumbo hacia el centro de Canadá viendo el helado clima correr el cuerpo de las personas caminando, unas tomándose de la mano sonriendo felizmente, otras simplemente riendo con una vaso de café en las manos, una nostalgia invadió mi mente haciéndome recordar que hace tiempo yo era una de ellas caminando de la mano de alguien, despreocupadamente sintiendo su aliento tan cerca de mi, esos recuerdos se fueron cuando oí el claxons del auto de atrás pitar para que avanzará, mire el reloj y eran justo a las 8:20 pm rogaba a cualquier dios por qué está mujer estuviera aún en su oficina.

Aparque justo en frente cuando la ví salir, baje del auto y antes de rodearlo para pasar la cuadra ví a un hombre parado con ella, no lo había visto puesto que lo cubría un letrero de las oficinas de a lado, cruce la calle, me acerque un poco estuve a dos camionetas atrás pero lo suficiente para poder escuchar, no es que quiera meterme en su vida pero se veía alterada y necesitaba saber si ella estaba bien, me asomé y pude ver su rostro echo una furia, se movía de un lado a otro tocándose el pelo arrebatadamente y después:

Camila: De que diablos hablas, te he pagado mucho dinero para que le hagas la vida imposible me importa un comino si este o no a tu alcance, solo te pedí una cosa sola una cosa maldición y era que volvieran acá.

- Srta. Yo le aseguro que he echo todo lo posible para que su vida sea un infierno lo suficientemente un infierno pero su esposo...

Camila: ¡Callate! ese bastardo hijo de puta siempre siempre tiene que meterse es como un puto grano en el culo joder llevas 2 jodidos años, 2 malditos años y no veo ningún puto resultado.

- Srta. Moore no es tan fácil, he logrado que la despidan de cada trabajo, he echo que su esposo se quede desempleado y que sus cuentas aumenten increíblemente, y parece que a ellos no les interesa no veo forma de hacerlos regresar quizás si usted se presentará.

APARECISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora