capítulo 17

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"Había muchísimos ojos, pero solo brillaban los tuyos". Nere.D

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Desperté tranquilamente me talle los ojos y cuando me estire note que Camila no estaba, tome mi teléfono y no tenía ningún mensaje eran las 10:00 de la mañana carajo aunque dormí demasiado y a pesar de eso siento que la pereza me invade asta las células, Camila se fue sin avisarme de solo recordar lo que dijo a noche todas mis hormonas se vuelven locas y una gran sonrisa aparece en mi rostro hoy sí que es un día muy feliz, me lave la cara y salí del baño no encontraba mis cosas así que supongo que deben estar en la sala tenía que ir a casa y alistarme también tenía que marcarle a MI NOVIA, dios qué raro se escucha.

Salí rumbo a la sala y al bajar las escaleras escucho ruidos en la cocina será que Camila no haya ido al trabajo pero si es una loca compulsiva a sus responsabilidades. Me acerque lentamente no vaya ser que sea un ladrón y yo de estúpida vaya directo a el, mis nervios estaban de punta a punta me asome y ahí estaba la única razón por la que me había despertado de lo más feliz y de un humor impresionante, ver a Camila cocinar sí que es algo muy bueno y más si está solo en una camisa que le llega a sus rodillas, ¡Jesús! Esa mujer con lo que se ponga se ve una diosa.

- Si, si, ya entendí carajo no sabía que cocinar era tan difícil.
- claro que no, estás loca mujer como puedes hablar así Sara no entiendo por qué tu madre no te aborto.- Camila hablaba por teléfono con esa tal Sara la chica no me caía mal pero vamos se ven tan unidas que a veces dudo que sea heterosexual.

- Con un demonio esto se está quemando debí llamar a un jodido restaurante.- no podía aguantar más ella estaba intentado cocinar para mí.

- Camila... Solo Vi como soltó el sartén y dió un pequeño salto haciendo que este cayera al suelo.

- Mierda, mierda, mierda esto arde.- se le había tirado el aceite justo en los pies.

- Cielo yo lo siento, no quise asustarte perdón, perdón.

- Jodido cristo.

- Ven acá por favor déjame ayudarte donde tienes el botiquín.

- En el baño carajo, mierda.

- Ya deja de insultar Camila. Corrí asta llegar al baño y sacar el botiquín.

- Claro como no eres tú por eso lo dices verdad.

- Sube tu pie justo acá y déjame checar cariño, no te muevas tanto por favor.

- Quedó feo, no quiero mirar.- No pude evitar reírme se veía tan adorable.- De que te ries.

- Eres una bebé adorable y no cielo no fue algo grave tan solo fueron unas simples salpicaduras tranquila.

- Menos mal creí que no podría caminar por unos meses.

-. A veces se me hace difícil creer que ya eres una adulta.

- Si bueno ... Yo, es que.- puso sus manos en la cara de una forma adorable.- Nunca he cocinado para nadie y tan solo quería sorprenderte.

La tome de las mano y la mire directo a sus ojos, esos ojos maravillosos que me dejan sin aliento.

- Gracias Camila de verdad agradezco que quieras hacer un intento por que esto funcione, pero sería mejor si me pides ayuda a mi cariño no tiene nada de malo.

- Si ya aprendí la lección lo mío no es cocinar, definitivamente mis dedos hacen magia en otro lugar o no.

Ella sonrió elevando su ceja mientras yo me levanté a carcajadas por su comentario estaba claro que jamás dejaría de ser esa Camila egocéntrica que conocí pero sobre todo estaba claro que me estaba brindando esperanza, si, esperanza a que lo muestro pueda funcionar. Decidimos salir a una cafetería que quedaba justo en la esquina de su departamento para poder desayunar.

APARECISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora