capítulo 68

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Vanessa: Que pasa cielo, parece que has visto a un fantasma y no a tu familia.

A mi familia, claro una nueva familia, esa familia que tanto necesitaba y tanta falta me hacía, podría ser cierto que entre ella y yo vuelva a revivir el amor, ese gran amor que una vez llegamos a sentir será que pueda amar una vez mas a Vanessa y formar esa familia que siempre quisimos.

-          Lo siento, estaba muy dormida y ni si quiera…

Mierda, mierda, mierda, el regalo de mi madre, se suponía que tendría que ir a recoger el estúpido regalo y me he quedado dormida.

Vanessa: Déjame adivinar, has olvidado ir por el regalo.

-          No es que lo haya olvidado, me he quedado profundamente dormida, no va a darme tiempo de arreglarme.

Vanessa: Tranquila cariño, en lo que entras a la ducha yo alisto tu ropa.

Esto se sentía estar casada, esto debió sentir Elia día a día a lado de su esposa, a la que decidió amar y compartir su vida, pero que lamentablemente ya no estaba a su lado. Quizás y Elia podría superar esa situación, la pregunta era cuando, cuando podría ella superarlo, cuanto le costaría a Elia superar la perdida de su esposa, el amor de su vida.

Quizás y mi vida no fuera la mejor en estos momentos, de que mierda hablo mi vida no es para nada buena en estos momentos, pero no se comparaba en lo absoluto con una perdida tan grande, aunque aun tenía esa duda, Elia realmente había llegado a sentir amor por mí, se habría ella enamorado de mí, como yo lo había hecho.

 Sali con demasiada prisa hacia al restaurante favorito de mis padres que desafortunadamente era el de los padres de Elia. Mentiría si no decía que el corazón se me iba a salir, pero así era. Al menos sentiría su presencia aun que ella estuviera a cientos y miles de kilómetros.

Al llegar todo estaba justo como hace meses, ciertamente no había venido a este restaurante debido a la sensación de recordarla, de revivir cada momento con ella, pero era hora de empezar de cero, de seguir mi vida, quizás era momento de arreglar toda la situación en mi familia.

-          Pero mira quien ha llegado, la princesa de papa, la mala de mama y la fracasada de la familia, como te va en tu nuevo tallercito de fotografía hermana.

No podía ser, la piedra en mi zapato, el negrito en el arroz, el tontín en los pitufos sería posible que este intento de ser humano fuera adoptado o tuviera diferente sangre que yo.

-          Me va de maravilla Sebastián, al menos mi tallercito es completamente mío y todo lo que poseo a mi nombre lo he conseguido sola.

Sebastián: Veo que tu humor negro sigue siendo el mismo hermanita.

-          Basta, es cumpleaños de su madre no necesito un estúpido espectáculo de parte de ustedes dos, son mis hijos por igual y no aceptare que algo salga mal para que su madre quien es mi esposa me haga dormir en el sofá esta noche.

-          Entonces será mejor que le digas a tu hijo que este lo mas alejado de mi o de lo contrario no podre evitar aplastarlo como la cucaracha que es.

Sebastián: Has visto quien comienza verdad.

-          He dicho basta los dos, compórtense aun que sea esta noche no sean unos críos.

-          Quiero hablar con mi madre.

-          Esta en el baño, anda ve.

-          Gracias, papá.

Debía ser ahora o nunca, tenia que arreglar las cosas con mi madre de una buena vez. Entre al baño y ahí la encontré, lavándose las manos.

APARECISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora