capítulo 59

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MARATÓN 3/3

Elia pov.


Grabarme cada una de sus facciones, admirarla mientras dormía y ver la tranquilidad con la que respira y duerme era un completo regalo divino y si tan solo pudiera regresar el tiempo o congelar los minutos, los segundos, quisiera tan solo poder recuperar el tiempo a su lado, tiempo que me estaban quitando.

Tan mal me había portado para que me la quitaran, me había considerado una persona generosa durante mucho tiempo y ver que todas esas buenas acciones no han tenido sentido mientras que yo creyendo que siendo buena persona me ayudaría a lo largo de la vida, pero al parecer la vida se empeñaba en hacerme miserable con cada cosa hermosa que me sucedía, me duele tanto amar y saber que en un tiempo considerable el amor de mi vida dejaría de estar presente.

Johana: En que tanto piensas. – seguía mirándola fijamente, tenia una ceja levantada y su puchero de bebe que ponía cada que quería sacarme algo.

- En lo afortunada que soy al haberte encontrado.

Johana: La afortunada soy yo amor, no hay día en que no de gracias a dios, a mi madre o a cualquier otro poder sobre humano por haberte puesto en el hospital de mi padre.

- No se que hubiera sido si no te hubiera encontrado en mi vida, no se que hubiera echo o que hubiera sido de mi y de mis inseguridades sin ti.

Johana: Tengo miedo sabes. Tengo miedo de irme y saber que quizás tu sonrisa se pueda apagar, me da miedo saber que tu luz se pueda extinguir.

- Yo voy a estar bien siempre y cuando tú lo estés.

Johana: cuando te marchaste de mi vida todo en mi se apagó, cuando supe que te había perdido muchas cosas dejaron de tener sentido y se me complicaba demasiado entender por qué el destino había sido tan cruel con nosotras dos. No quería abandonarte Elia, te lo juro, no quería dejarte y si por mi fuera jamás lo haría, pero maldición te amo tanto que siento estar siendo una jodida egoísta al retenerte a mi lado y aparecer de nuevo en tu vida trayéndote solamente dolor y nada de felicidad.

- Entonces ambas somos egoístas, si, lo somos las dos por que yo no puedo estar feliz sin verte a ti feliz, mantengo aun la esperanza que esto sea un estúpido sueño, tengo la añoranza que esto sea una de mis pesadillas y que despierte enredada en tus brazos en nuestro departamento mientras Rodolfo el reno nos observa y no nos quita la mirada de encima, quiero y deseo que toda esta situación sea una mala pasada de la vida.

Johana: Quisiera lo mismo que tú, créeme por favor que me arrepiento de haber desperdiciado tanto tiempo sin ti, fui una cobarde al no luchar por recuperar a mi dulce Elia, estoy tan arrepentida que me merezco lo que me está pasando...

- No, no lo digas por favor, tú no te mereces esto, odio la vida y todo lo que causo esta situación, odio la existencia de ese individuo que te dejo sin aspiraciones para seguir viviendo, lo odio y te juro que va a arrepentirse y no se ira de este mundo sin antes sufrir, te lo juro aquí y ahora.

Mis lagrimas caían sin cesar de mi rostro, habíamos llegado en la mañana a Vancouver y se sentía el frio asta los huesos, al llegar al hotel nos habíamos instalado en una de las cabañas cerca de las atracciones, debido al frio y a la enfermedad de Johana tuvimos que mantenernos en la cabaña, además que mi hermana aun no llegaba, una vez en la cabaña Johana y yo decidimos tomarnos una siesta aun que yo solo me haya quedado observándola y admirando su pacifica paz interior, ella estaba feliz y era lo único que me importaba tenerla y que se sintiera muy feliz. Cuando abrió los ojos yo seguía mirándola y fue en donde el tema por mas que quisiera evitarla y no recordar que tendré que perderla siempre se hacia presente, era inevitable no poder pensar en el echo que mi preciosa ángel se me iría.

APARECISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora