Capitulo XI

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Inició la reunión con el tema de la gala de los premios de ficción. Al parecer, durante los últimos once años, esos premios se habían otorgado en primavera, pero ese año los miembros de la junta de la biblioteca deseaban que la gala se celebrara en otoño, para así inaugurar con ella la temporada e incrementar la recaudación de fondos. Por desgracia, ese cambio de última hora había desbaratado toda la agenda del comité organizador.

—Eso no nos deja tiempo para leer, para planificar... es un calendario imposible —se quejó una mujer.

—A los miembros de la junta les parece que el acontecimiento se desaprovecha si se celebra en primavera. Las vacaciones de Acción de Gracias son una época del año en la que se hacen obras de caridad, se dan regalos y una celebración como ésa atraerá la atención hacia la biblioteca cuando más valiosa puede ser para ella.

—¿No puedes intentar hacerles entrar en razón? —preguntó alguien—. Tenemos centenares de propuestas de las editoriales. Más que el año pasado, cuando contábamos con el doble de tiempo. Es imposible dedicar el tiempo que necesitaría cada novela.

Jamesnegó con la cabeza.

—Tendremos que lograrlo. Los que lo quieren así tienen la mayoría de los votos.

La mesa se sumió en una enérgica indignación.

—Necesitamos más lectores —sugirió la mujer—. Sloan, vas a tener que encargarte de algunos de estos títulos.

—Me encantaría —respondió ella, aunque, por cómo agarraba el lápiz, _____ sospechaba que quería decir todo lo contrario.

—Todos sabemos que estás ocupada con la organización de la boda y que éste es un trabajo que requiere mucho tiempo —intervino James. Luego, mirando a _____, añadió—: Creo que tendremos que reclutar a la novata para esto.

—¿Qué? —exclamaron Sloan y ella al mismo tiempo.

—Buena idea —asintió la morena de voz aguda—. Todos tenemos que arrimar el hombro.

—Un momento —protestó Sloan—. _____ es mi empleada y es mi
responsabilidad que su tiempo se invierta de un modo sensato...

—No estoy pidiendo que lea en horas laborables, Sloan —intervino James—. Y ya has oído a Betsy. Todos tenemos que echar una mano. —Luego, como si con eso ya estuviera todo decidido, volvió a mirarla a ella—. _____, eres oficialmente uno de nuestros lectores en el comité de lectura. Ya te explicaré cómo funciona después de la reunión. Lo esencial es que este premio fue creado para apoyar el trabajo de jóvenes escritores de ficción de menos de treinta y cinco años. Las editoriales envían a sus nominados y nosotros seleccionamos a los finalistas. El premio son diez mil dólares. Como he dicho, podemos hablarlo después de la reunión. Ahora tenemos que tratar el tema de las sesiones de conferencias del otoño. Jonathan Safran Foer no vendrá, así que necesitamos un sustituto para noviembre...

_____ lo observó sin apenas escucharlo, fascinada por su seguridad, su dominio de la reunión. Aún no tenía claros los cargos y la jerarquía de la biblioteca y todos los diversos sistemas de recaudación de fondos y patrocinio de eventos, pero le daba la impresión de que fueran quienes fuesen los asistentes o el acontecimiento, Jamessiempre estaba al mando.

_____ se refugió en su cuaderno. Tomar notas era lo único que podía hacer para evitar quedarse mirándolo fijamente; el modo como gesticulaba con sus grandes manos, cómo la camisa de rayas se le ajustaba a los hombros anchos, su sonrisa, que sugería que lo que sucedía en aquella estancia estaba a kilómetros de distancia de lo que estaba pasándosele por la mente.

El tiempo pareció detenerse y volar al mismo tiempo. _____ no deseaba que se acabara la reunión, como si él fuera a desaparecer cuando se agotara el tiempo del reloj de arena. Sabía que eso era irracional. Sin embargo, la sensación que le provocaba el simple hecho de estar en la misma habitación que él era algo a lo que todavía no quería renunciar.

La Bibliotecaria (James Maslow) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora