Capítulo XXXIX.

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Era media tarde cuando _____ entró en su apartamento como flotando en una nube. Carly levantó la vista desde el sofá. Tenía un cuaderno de bocetos en el regazo.

—¿Dónde has estado? ¿Por qué no volviste a casa anoche? Estaba muy preocupada por ti —le dijo, a la vez que soltaba el lápiz.

Ella se inclinó para desabrocharse los zapatos. James la había enviado a casa vestida de Prada de pies a cabeza. Como siempre, los zapatos eran criminales.

—Me sorprende que tú sí volvieras a casa anoche —comentó _____—. Por cómo fueron las cosas en el Nurse Bettie, no lo esperaba.

—No intentes desviar la atención hacia mí. ¿Dónde te metiste? No puedes desaparecer sin más, _____.

—Yo no desaparecí. Fuiste tú la que se marchó, ¿recuerdas?

—Lo siento. Últimamente he estado tan deprimida que necesitaba algo para quitarme a Rob de la cabeza.

—¿Por eso me dejaste con ese asqueroso en el bar?

—Nick no es un asqueroso. Además, fue él quien me dijo que te habías largado con un tipo.

—No era un tipo, era James . Pero de todos modos, siento haberte preocupado.

La conmovió que Carly se inquietara por ella.

—¿Qué estaba haciendo James allí? ¿Acosándote?

_____ se encogió de hombros y se dirigió a la cocina. No había comido nada desde el desayuno y, de repente, se dio cuenta de que estaba muerta de hambre. Alargó el brazo para coger un plato del segundo estante del armario, pero los hombros le dolían tanto que apenas pudo levantarlos por encima de la cabeza.

—¡Ay! —gritó, incapaz de alcanzar el plato.

—¿Qué pasa?

—¿Puedes bajarme un plato?

Carly apareció en la puerta.

—No hasta que no me digas qué está pasando.

—Me duelen los brazos —le explicó ella.

—Sí, eso ya lo veo. Así que, a menos que hayas jugado un partido de tenis a medianoche en Central Park, me pregunto por qué.

La miró con los brazos en jarras.

_____ no pudo evitar sonreír. De algún modo, su relación con James había convertido a su mordaz compañera de piso en una madre sobreprotectora.

—Si me das el plato, te lo contaré —le dijo. Carly cogió el plato, se lo pasó y la instó:
—Escúpelo, _____.

La Bibliotecaria (James Maslow) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora