Capítulo CVII.

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—¿Es eso un sí? —inquirió James . Ella asintió con los ojos como platos.
Él la besó en los labios con suavidad, luego se echó hacia atrás.

—Por supuesto, comprenderás que en mi casa hay ciertas normas. Pero sé que eres obediente.

—Oh, ¿lo soy?

—Sí —respondió, estrechándola y pegando la boca a su cuello—. En el dormitorio al menos.

La cogió de la mano y empezó a bajar con ella la escalinata.

—No podemos irnos todavía —comentó _____.

—Por supuesto que sí.

—Quiero ver cómo le entregan el premio a Margaret.

—¿Vas a hacer que me siente ahí dentro y me trague la ceremonia entera? _____ sonrió mientras asentía despacio.
—Vale, puedes hacer que me siente y me la trague —cedió—. Pero cuando lleguemos a casa, voy a asegurarme de que tú no puedas sentarte en una semana.

—Promesas, promesas —canturreó _____, inclinándose sobre él. Entraron de nuevo en la biblioteca cogidos de la mano.

La Bibliotecaria (James Maslow) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora