capítulo 7:

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Lily:

Denver: Me alegro de que te hayas ido. Jurame que no vas a volver.

Yo:Lo juro.

Denver:Bueno...¿qué harás ahora?

Yo:No lo sé Denver, no tengo nada, quizás me vaya con mis padres.

Denver:Este era tu sueño, la ciudad. Por qué no trabajas...o estudias.

Yo:Me tendrás que ayudar.

Denver: Estamos casi acabando el curso ya, aprovecha este verano para conseguir pasta y luego estudia y si puedes trabaja en algo que no ocupe todo el tiempo.

Yo:Es buena idea.

Denver:Tengo que irme-dice cogiendo su mochila. Luego te ayudo. Besa mi cabeza y se va.

Suspiro y miro en el móvil varias ofertas de trabajo. Creo que podría trabajar en un super que está bastante cerca.

Me acuerdo de mi madre en ese momento, de mi infancia. Una vez vi a una cajera muy amable de pequeña y quise, entre tantos trabajos, ser cajera. Mi madre me compró la típica caja con dinero falso. Ojalá pudiera volver a tener 7 años.

Cojo mi móvil y llamo a mi madre. Necesito oírla.

Mamá:¿Sí?

Yo:Mamá, soy Lily.

Mamá:Lily, por Dios, qué alegría. ¿Por qué no nos llamas? Hace 1 mes que no sé nada de ti.

Yo:Han pasado tantas cosas, me gustaría ir a verte.

Mamá:¿Ha pasado algo malo?

Yo"No te preocupes, estoy bien. Quiero empezar la Universidad y busco trabajo. En cuanto pueda iré a verte.

Mamá:Mi niña, cómo has crecido. ¿Y Martin?

Yo:M-Martin...-para colmo, fingía demasiado bien para caerles bien a mis padres- no estoy con él, pero ya te contaré.

Mamá:Vale hija, ten cuidado y cuídate. Te quiero.

Yo:Y yo,mamá. -cuelgo.

Me siento en el suelo y lloro. Ojalá no me hubiera ido nunca de casa, no estaría así. Me seco las lágrimas y me pongo a cocinar, es lo único que de momento sé hacer.

Dr.Alex:

Voy camino a casa y en un semáforo un señor se acerca para que le compre unas flores. Pienso en Elisabeth y decido cogerle 1 rosa y una rosa blanca. Sigo mi trayecto y aparco.

Yo:Elisabeth, ya estoy aquí. -cuando entro en la casa veo que ha preparado de nuevo la comida.-No tienes porqué hacerlo.

Elisabeth : Es lo mínimo.

Yo:Toma, para ti-digo dando las rosas.

Elisabeth:Muchas gracias- las huele.

Yo:Me cambio y comemos.

Elisabeth:Vale.

Dejo mi ropa en el cesto y me pongo algo más ligero. Me siento en la mesa y ella tiene las flores en un jarrón adornando la mesa.

Yo:Creo que las personas somos como las flores.

Elisabeth:¿Por qué?

Yo:Somos felices en nuestro entorno,las flores solo necesitan muy poco, sol, agua y tierra, nosotros a nuestros amigos,comida y agua. Si a una flor la cortas, muere con el paso de los días y eso nos pasa, si nos dañan,poco a poco morimos.

Elisabeth:Pero no somos tan vulnerables.

Yo:Más de lo que piensas.

Elisabeth:Son muy bonitas.

Yo:Te mereces más, ahora mismo tú has sido una flor dañada.-ella se sonroja.

Elisabeth:He mirado trabajos, necesito ahorrar y quiero empezar a estudiar.

Yo:Es buena idea.

Elisabeth:También quiero irme, no quiero causar molestias.

Yo:Pero no lo haces. Me haces compañía y además estás a salvo. Ah, tengo una sorpresa.

Me levanto y la cojo de la mano. La llevo a la habitación que he preparado para ella,estaba llena de chismes,pero ahora está recogida.

Elisabeth:Guau, no era necesario.

Yo:Si somos compañeros, en igualdad de condiciones.

Elisabeth:Gracias, en serio-dice abrazándome. Por un instante el mundo se para en mis narices, cuando estamos a escasos milímetros, respiración con respiración. Deseo besarla. Ella está aún con cicatrices en el corazón y sería trágico asustarla. Decide ver el armario e irse de mi lado.

Elisabeth:Voy a guardar aquí mi ropa.

Yo:Tengamos una cita.

Elisabeth:¿Qué?

Yo:Bueno, como amigos.

Elisabeth:Sería estupendo.

Yo:Este fin de semana.

Las marcas de una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora