Capítulo 20:

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Dr.Alex:

Compro un precioso colgante para Elisabeth, espero que le guste. Mientras conduzco el lujoso deportivo de mi padre pienso en cómo le diré que mi familia es rica, es difícil porque pueden pasar dos cosas: que me quiera por interés o que le de igual lo que tenga. Y creo que me decanto por lo segundo.

Mamá:Hijo, quiero que nos presentes a tu novia.

Yo:Mamá, sabes que debo hablar con ella antes...pero pronto lo haré. No quiero que se enfade por ocultarle cosas.

Mamá: ¿Por qué no vamos a la piscina climatizada?

Yo:Buena idea, voy a cambiarme.

Cuando estoy en mi habitación recibo una llamada de Elisabeth.

*Llamada telefónica *

Yo:Dime.

Elisabeth:Ya eché la matrícula. ¡Qué ilusión! Estoy ya dentro, al fin podré estudiar.

Yo:Me alegro un montón cielo, lo mereces.

Elisabeth:También llamaba porque extrañaba oirte, te echo de menos.

Yo:Y yo a ti, cielo.

Tras a penas unos minutos, colgamos. MAñana ya nos veríamos así que tendríamos que aguantarnos.

Mientras disfruto del baño con mi madre pienso en qué hacerle por su cumple:¿una fiesta? Solo conozco a Denver como amiga; ¿un viaje de los dos?, ¿un buen regalo? Aún queda tiempo, pero soy muy malo para los regalos y creo que es mejor dejar algo pensado.

Lily:

Justo colgamos Alex y yo, tengo muchísimas ganas de verle y estar con él y por otro lado no quiero dejar  a mi familia, los veo muy poco. Suena mi móvil, es mi abogada.

*Llamada telefónica*

Yo:¿Sí?

Abogada:Elisabeth, soy yo.

Yo:¿Pasa algo? -por favor, que no le saquen de prisión.

Abogada:Se va a celebrar el juicio de Martin mañana.

Yo:¿Lo meterán muchos años?

Abogada:Muchos no, sabes que como máximo 20 si no le reducen años por buena conducta.

Yo:¡Es un maltratador!

Abogada:Estás protegida.

Yo:Dame la dirección del juzgado, quiero saber a cuántos años se enfrenta.

Abogada:Está bien, pero iremos las dos. No quiero que corras ningún peligro.

Yo:Vale. Estamos en contacto.

Cuelgo y rompo en llanto. Ese malnacido que me ha destrozado la vida se merece lo peor, no quiero ponerme en peligro y mucho menos que cuando salga haga a ninguna mujer lo que hizo conmigo. Se merece pufrirse entre barrotes.

Mía entra y me abraza al ver mi estado. Cuando me tranquilizo le cuento lo del juicio.

Mía:Estará en la cárcel por mucho tiempo. Tiene órdenes de alejamiento y no sabe nada de ti, no volverá a tu vida.

Yo:Solo quiero tranquilidad.-me tumbo en sus piernas y rasca mi cabeza.

Mía:Eres muy fuerte, has salido de esa mierda tú sola. Ahora tiened a un macizorro novio que te quiere y que te cuida y vas a empezar unos estudios,¿qué más vas a pedir?

Yo:De momento, nada. La vida me ha sonreído y tengo miedo de que tras lo bueno venga algo malo otra vez.

Mía:No puede pasar, es la hora de tu buena racha.

Yo:Mía, te quiero.

Mía:Ay, no empieces con las cursiladas.-saca su lengua y comenzamos una guerra de cosquillas similar a la que nos hacíamos de pequeña. Por un instante dejo de pensar en el juicio.

Las marcas de una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora