Capítulo 2 - Panda

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Dejo al pequeño en el suelo y le revuelvo el pelo, ya que sé que le da rabia.

Pe: *dándole manotazos en las piernas* no hagas eso!
Ra: *riendo* relaja, fiera

El pequeño parece notar por primera vez la presencia de Agoney y se le queda mirando fijamente.

Ago: *agachándose* hola, chiquitín, no nos conocemos
Pe: hablas raro

En esos momentos siento como si se me fuera a salir el corazón del pecho. Puto crío mamón.

Ra: *le da una colleja* no seas maleducado, es su acento
Ago: *le da una colleja a Raoul* oye, no pegues al crío por tener curiosidad
Pe: *ríe* me caes bien

Aquí está, habrán pasado 12 años, habrá crecido, habrá cambiado su aspecto, pero sigue siendo él. El amigo cabrón de mi hermano.

Ago: me llamo Agoney
Pe: qué?
Ago: A go ney *repite*
Pe: Agonay
Ago: *ríe* casi, Agoney
Pe: Agoney
Ago: muy bien *sonríe* y tú?
Pe: mis padres dicen que no hable con desconocidos

La cara de Agoney es un poema, realmente amo a mi primo.

Ra: *ríe* no es un desconocido, es amigo mío y de Álvaro
Pe: en serio?
Ra: sí
Pe: pues yo soy Pedro
Ago: encantado, Pedro *le tiende la mano*
Pe: y yo *se la da*

Realmente es surrealista, mi primo de cinco años conociendo al mejor amigo de la infancia de mi hermano vestido de panda. Flipo con la vida, de verdad.

Pe: por qué te has disfrazado de panda?
Ago: *vacila unos segundos* para llamar la atención de la gente
Pe: y por qué quieres llamar la atención?
Ago: porque estoy enfadado y quiero que me escuchen
Pe: y por qué estás enfadado?

Agoney me mira como pidiendo permiso para decirle la verdad, yo niego con la cabeza. No quiero que se ponga a llorar porque el zoo, su sitio favorito, no es lo que realmente cree. Pero Agoney es Agoney y él hace lo que quiere.

Ago: porque se llevaron a estos animalitos de sus casas para encerrarlos aquí
Pe: pero aquí les dan comida y les cuidan muy bien
Ago: pero sigue siendo antinatural, cariño. Imagínate que te llevan a una casa muy muy grande, con un montón de juguetes, piscina y todo lo que quieras
Pe: qué guay!
Ago: sí, verdad? *sonríe* pero ahora imagina que te dicen que no puedes volver a ver a tus papás ni a tu hermano ni a nadie
Pe: *preocupado* a nadie?
Ago: a nadie
Pe: ni al tete Raoul?

Agoney me mira y suelta una carcajada.

Ago: ni al tete Raoul
Pe: jo, que asco, paso
Ago: pues esto es lo que les pasa a ellos, a que es un asco?
Pe: sí *a Raoul* vámonos de aquí, tete, no me gusta el zoo

No lo puedo creer, de verdad que no. Llevo años intentando que el niño deje de adorar este sitio y jamás he conseguido siquiera la duda. Llega Agoney y en dos segundos lo convence.

Ago: *riendo* cierra la boca, rubio, que a los niños sólo hay que explicarles las cosas para que lo entiendan

Y así conforme ha aparecido, se va, vestido de panda y dejándome, una vez más, sin palabras. Cojo a Pedro de la mano y buscamos a nuestra familia entre toda la gente que hay en el zoo. Al fin los encontramos.

Pe: vámonos a casa
Sam: pero aún no has visto casi nada
Pe: no quiero, estos animales están fuera de sus casas y aunque tengan todos los juguetes del mundo, no pueden ver a sus hermanos y primos *le da un tirón a la camiseta de Raoul* era así, no?
Ra: *ríe* más o menos

Todos nos miran boquiabiertos y yo no puedo evitar reírme de la situación.

Al: que le has hecho al niño?
Ra: yo nada *ríe* fui a ayudar al panda y resulta que era Agoney, estuvimos un rato hablando y ya nos ha convencido al crío de que el zoo es malo
Al: *sorprendido* en serio? *ríe mientras niega con la cabeza* puto Ago, nunca cambiará, tendremos que quedar algún día...

Sí, tenemos. Al final, pese a que papá intenta razonar con Pedro para al menos aprovechar la entrada que ya hemos comprado, el pequeño decide que no quiere volver a pisar un zoo en su vida y ponemos rumbo a casa. Me paso todo el camino de vuelta pensando en las palabras del panda canario y sonriendo como un gilipollas cada vez que recuerdo la conversación que ha tenido con mi primo.

CUIDADO CON LO QUE DESEAS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora