CUIDADO CON LO QUE DESEAS (Ragoney)

Capítulo 52 - Cucharita

Llego al piso de Agoney a duras penas y, no sé cómo, sin congelarme por el camino. Estoy en el rellano y oigo a Sully, madre mía... Llamo al timbre. A los pocos segundos, un desesperado Agoney me abre la puerta. Y cual es mi sorpresa, cuando al entrar dentro, me lo encuentro sin camiseta y con sus ricitos despeinados.

Ra: *ríe sonrojado* qué haces?
Ago: querías un buen recibimiento, no?
Ra: joder, pero no me lo esperaba tan bueno

Voy a envolverle entre mis brazos, cuando el gato maulla a un nivel más leve que hace unos segundos mientras se restriega por mis piernas. Lo cojo en brazos y empiezo a acariciarlo.

Ra: oioioi *da un besito en la cabecita del gato* no puedes depender tanto de mí, bichito

Sully se acomoda en mis brazos mucho más calmado.

Ago: *al gato* mira, amigueto, vamos a llevarnos bien. No puedes venir, romperme las cortinas y robarme el sueño y el novio, quedó claro?
Ra: *ríe mientras mece al gato como si fuera un niño* se ha enamorado de mí
Ago: normal, no es listo ni na el bicho
Ra: *rueda los ojos* que tonto eres

Dejamos al gato en el suelo, que se va a su cama, y yo al fin puedo abrazarme al canario.

Ago: *envolviendo al rubio con sus brazos y besándole toda la cara* muchas gracias por callar al gato y por venir
Ra: muchas gracias por dejarme el lado que me gusta de la cama
Ago: yo no te dejé na...

Salgo corriendo antes de que acabe la frase y, siendo perseguido por el moreno, entro en la habitación y me coloco en el lado izquierdo de la cama. A los pocos segundos, entra Agoney.

Ago: ese es mi sitio!
Ra: ya no *le saca la lengua* te lo he robado
Ago: devuélvemelo
Ra: no no *niega con la cabeza*
Ago: pues si no me lo das, te lo voy a tener que quitar
Ra: y cómo vas a hacer eso si puede saberse?
Ago: *ríe* así

El canario se abalanza sobre mí y empieza a hacerme cosquillas, que a veces son interrumpidas por algún que otro beso.

Ra: *riendo a carcajadas* para, por Dios!
Ago: ya sabes lo que tienes que hacer...
Ra: nunca!
Ago: *le vuelve a hacer cosquillas*
Ra: *ríe otra vez* basta, mi amor, que me muero! Es horrible
Ago: *pegando su mejilla a la del rubio y hablandole al oído* entonces me dejas el sitio?
Ra: *con la respiración agitada* tú ganas...
Ago: yassss *besa su moflete y le da un pequeño mordisco* en verdad te puedes quedar ahí
Ra: me estás vacilando? *se echa a reír* eres lo peor!
Ago: te quiero mucho
Ra: y yo a ti

Nos quedamos un rato mirándonos en silencio, contemplando los rasgos del otro. Jamás he visto y veré a alguien más perfecto que este hombre. Su barba, sus ojos oscuros con esa mirada tan especial, la nariz tan pequeñita en el centro de su rostro, su blanca sonrisa con esa separación tan adorable en sus incisivos, sus cejas con una maldita forma perfecta... Es único y en estos momentos me doy cuenta de lo afortunado que soy. Así que decido besar sus, también perfectos, labios antes de disponernos a dormir.

Ago: buenas noches
Ra: espera
Ago: qué?
Ra: hacemos la cucharita? Venga, Agoney, hazme la cucharita

Mi chico suelta una de sus risas que me suenan como la más bella melodía y procede a hacerme la cucharita. Y así, abrazaditos y calentitos, caemos en brazos de morfeo.