Capítulo 62 - Juntos pero no pegados

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Han pasado unas semanas desde que Ago despertó y al fin le van a dar el alta, eso sí, debe desplazarse, o más bien debemos desplazarlo, por ahí en silla de ruedas porque aún tiene una pierna y un brazo rotos. Tiene que volver al hospital todos los días a que le revisen la herida pero, según dicen los médicos, avanza bastante bien. Con la ayuda del enfermero, lo coloco en la silla.

Ra: despídete de estas cuatro paredes
Ago: qué las follen, cabronas! *les hace una peineta y ríe*
Ra: es que eres icónico *ríe también*
Ago: yasss volví con más energía que nunca
Ra: relaja con la energía que aún no puedes hacer movimientos bruscos
Ago: da igual, estoy eufórico
Ra: *rueda los ojos y niega con la cabeza*
Ago: vas a acabar hasta los huevos de mí *ríe a carcajadas*

Me pongo a su nivel y le dejo un beso que él corresponde. Y sigo arrastrando la silla.

Ago: qué fue eso?
Ra: un beso
Ago: ya, pero por qué? *ríe*
Ra: necesito motivos para hacerlo?
Ago: no, pero me gustaría que me dieras alguno...
Ra: pues que te quiero, que te echaba de menos, que estás guapísimo, que...
Ago: ya ya, con una me valía
Ra: tengo millones de razones, cariño *ríe*

Un hombre muy majo nos abre la puerta y, al salir, vemos a todos esperando su salida con unos globos gigantes en los que pone Agoney. No lo admitirá en la vida, pero se ha emocionado. Tras saludarlos a todos, vamos a su casa. Allí encontramos a Mireya, Álvaro y Sully.

Al: *abrazándolo* qué susto nos has dado, mamón
Ago: de verdad creyeron que iban a librarse tan fácilmente de mí?
Mire: ni con agua caliente! *ríe y lo abraza también* cómo estás?
Ago: bien, en serio, duele menos de lo que parece

Sully hace acto de presencia y empieza a investigar la silla de ruedas. Lo cojo y lo pongo en el regazo de Ago. Se restriega contra su cuerpo, maulla y se acuesta sobre él.

Ago: *acariciándolo* mira, si me echaste de menos y todo
Ra: pues claro que te ha echado de menos, por qué no iba a hacerlo?
Ago: porque tenía vía libre contigo, seguro que en el fondo le da rabia y todo que me haya recuperado
Ra: *ríe* que imbécil... Pues si he estado más contigo que con él
Ago: *al gato* toma, jodete!

Intento aguantar la risa pero las carcajadas de Mireya nos hacen estallar al resto.

Al: confirmado, está recuperadísimo
Ra: sí *ríe* bueno, podéis iros si queréis, que yo me quedo con el gato y a este me lo llevaré a la cama
Al: *bromea* pero déjale descansar muchacho, que entiendo que hayas echado de menos ciertas cosas *le guiña el ojo* pero igual no es el momento
Ra: a descansar, Álvaro, me lo llevo a la cama a descansar
Ago: *levanta la mano como si pidiera permiso para hablar* si puedo elegir, a mí me gustaba más la otra opción
Ra: *sonrojado* tú a callar que se te saltan los puntos
Mire: *ríe a carcajada limpia* anda que, vaya tres se han juntao

Nos despedimos de ambos y, como he dicho antes, me llevo al canario a la habitación. Con muchas dificultades, puesto que él pesa más que yo, conseguimos meterlo en la cama.

Ra: pues ya estaría, si quieres algo, avísame

Me levanto de la cama y me dispongo a salir de la puerta.

Ago: espera, Raoul, ven
Ra: *se agacha y apoya la cabeza en la cama mirando atentamente a Agoney* qué pasa?
Ago: estuve pensando mucho estas semanas, quiero hacer ciertas cosas y necesito que las escuches y me des tu opinión
Ra: claro
Ago: vale, para empezar, dejaré de fumar. Estuve a nada de morir y paso que me dé algo por el caprichito del tabaco. En el momento en el que me ponga a fumar, me pegas, tienes todo mi consentimiento
Ra: *ríe* me gusta mucho esta decisión
Ago: me lo imaginaba
Ra: sigue
Ago: quiero ir a ver a mi padre, tengo su dirección pero jamás me atreví a ir. Quiero hacerlo, quiero que me vea, que sepa que estoy aquí. Pensar que me podría haber pasado algo y quedarme toda la eternidad con la duda del "qué hubiera pasado si...?", me da mucha rabia. Así que cuando pueda andar por mi propio pie, porque tampoco es plan de ir hecho una mierda, iremos, vale?
Ra: iremos? Yo también?
Ago: me gustaría mucho que estuvieras conmigo por si algo sale mal o lo que sea, pero claro solo si quieres...
Ra: pues claro que quiero, Ago
Ago: y por último me gustaría hablar de nosotros, de nuestra relación...

MIEDO.

Ago: nos queremos mucho, de eso no hay duda. Pero esto no es sano
Ra: no... no te entiendo
Ago: mi niño, pasamos los últimos meses el uno pegado al otro todo el día. Cuál fue la última vez que quedaste con las chicas, sin estar yo de por medio? Cuál fue la última vez que quedé yo con mis amigos sin estar tú? Ni siquiera lo recuerdo... No está mal querer pasar tiempo juntos, pero creo que ambos deberíamos tener nuestro propio espacio, entiendes?
Ra: yo no lo veo tan grave...
Ago: Raoul, mientras estaba... ya sabes... me llegaste a decir que me necesitabas, que no podías vivir sin mí
Ra: así es
Ago: no, amor, no es así *le acaricia la mejilla* la única persona imprescindible en tu vida eres tú mismo y dejaste de dedicarte tiempo por dedicármelo a mí. Obviamente te estoy muy agradecido por todo lo que hiciste por mí estas semanas, pero no soporto que te estuviste "maltratando" todo este tiempo por pasar todas las horas posibles conmigo
Ra: tampoco es para tanto...
Ago: cuanto hace que no duermes?
Ra: no lo sé...
Ago: cuántas comidas te saltaste por estar en el hospital?
Ra: varias...
Ago: cuántos exámenes suspendiste desde que entré en coma?
Ra: *avergonzado y mirando al suelo* todos...
Ago: ves? Te olvidaste de ti por estar conmigo así que vamos a tomarnoslo con más calma, vale? Seguimos juntos pero no pegados *sonríe*
Ra: *sonríe también* claro, mi amor

Y es que tiene razón, nos queremos mucho pero con eso no basta. No solo debemos querernos entre nosotros, debemos querernos a nosotros mismos.

Ago: pues ya está, eso es todo
Ra: vale *se levanta del suelo*
Ago: bueno, otra cosa
Ra: dime
Ago: lo de un espacio para nosotros... *pone media sonrisa* puedes aplicarlo en otro momento y acurrucarte a mi lado?
Ra: venga, vale, haré el esfuerzo

El canario suelta una gran carcajada y yo me acuesto a su lado. Le regalo un suave beso en los labios y otro en la mejilla y la nariz y nos dormimos. Y al fin, después de semanas sin hacerlo, duermo del tirón. Sin pesadillas, sin ansiedad, sin nada. Simplemente con él y conmigo.

CUIDADO CON LO QUE DESEAS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora