Capítulo 37 - Piano

1.5K 121 10
                                    

Nada más despertar, me cambio y bajo a desayunar, a pesar de que ya es prácticamente la hora de comer. Les digo a mis padres que he quedado con las chicas y que voy a pasar el día fuera y me escabullo a casa de Agoney. Llamo al timbre, tengo el estómago revuelto y siento que el aire no pasa a mis pulmones. Que me abra ya por Dios o me muero aquí mismo. Y, como si tuviéramos telepatía, la puerta se abre dejando ver a un Agoney un poco desaliñado y con el pelo mojado. Entro en casa y cierro la puerta.

Ago: perdona, me estaba duchando
Ra: ya lo veo
Ago: *sonríe* qué guapo estás ya por la mañana, no?
Ra: *sonríe*
Ago: *abre los brazos* ven aquí, porfa

Le hago caso y me refugio entre sus brazos. El canario no tarda nada en dejar varios besos en mi frente. Nos separamos un poco para mirarnos a los ojos y acabar juntandonos otra vez en un beso que ojalá no acabase nunca. El moreno pone dos lasañas precocinadas en el horno y mientras se hacen hablamos de todo y de nada. Y de repente, lo suelta.

Ago: vuelvo a Tenerife por Navidad
Ra: pensé que no querías pasar más tiempo ahí
Ago: y no quiero, pero es mi familia, rubio y las Navidades son para pasarla con ellos, no?
Ra: *hace una mueca* cuando te vas?
Ago: el 21
Ra: eso es la semana que viene
Ago: *suspira* lo sé
Ra: y cuándo vuelves?
Ago: el 7
Ra: *hace una mueca* joder... escríbeme, eh?
Ago: a todas horas *ríe con pena*

Entonces, el temporizador para sacar las lasañas del horno suena. Ayudo a Agoney a poner la mesa y llevamos nuestro manjar prefabricado al comedor. Entre bromas y mimos nos acabamos toda la comida y decidimos reposar un poco en el sofá. Apoyo mi cabeza en el hombro de Agoney y éste hace lo propio con la suya pero con mi cabeza.

Ra: pfff qué peli más aburrida
Ago: pero si te estás riendo
Ra: *extrañado* que va

Entonces, noto sus manos en los laterales de mi torso. Empieza a hacerme cosquillas e inevitablemente me pongo a reír.

Ago: *haciéndole cosquillas* ves? Te estás riendo
Ra: *ríe* vale vale, tienes razón pero para, por favor
Ago: tus ganas *ríe y sigue con las cosquillas*
Ra: ayayay para que me has hecho daño!

El canario se separa asustado, momento que yo aprovecho para salir corriendo. Le oigo llamarme cabrón a lo lejos y, como si de niños jugando al escondite se tratara, entro en una habitación cualquiera, cerrando la puerta al entrar. No he estado muchas veces en casa de Ago, pero esta sala jamás la he visto. Está prácticamente vacía, solo hay un gran piano al centro de esta. La puerta se abre a mis espaldas y el moreno entra en la habitación.

Ra: *mirando el piano* pensaba que pasabas de la música
Ago: que tenga un piano no significa que lo toque
Ra: venía con la casa?
Ago: sí, es del antiguo dueño. No sé por qué razón lo dejó aquí y lo vendió con el piso
Ra: puedo?
Ago: *sonríe* estás en tu casa, peque

Me siento en la banqueta y el canario se sitúa a mi lado. Toco la primera canción que me viene a la mente.

Ra: *cantando* what would I do without your smart mouth
Drawing me in, and you kicking me out
Got my head spinning, no kidding, I can’t pin you down
What’s going on in that beautiful mind
I’m on your magical mystery ride
And I’m so dizzy, don’t know what hit me, but I’ll be alright

De repente, el canario encaja su cabeza en mi hombro. Dejo de tocar y me giro para descubrir dos grandes ojos oscuros mirándome detalladamente. Suelto una risa nerviosa y noto como me empiezo a sonrojar.

Ra: *ríe* qué pasa?
Ago: *con una sonrisa sincera* que me encanta verte cantar
Ra: por qué? *sonríe*
Ago: porque eres tú, no sé, te veo cómo eres de verdad

Me sonrojo aún más y me muerdo la sonrisa que lucha por aparecer en mi rostro.

Ago: ay, que mono! *ríe y envuelve al pequeño con sus brazos*
Ra: *sonríe inevitablemente* eres idiota

Agoney se incorpora y deja un tierno beso en mis labios que acaba derivando en uno más agresivo y pasional. Sin querer nos apoyamos en las teclas del piano creando un ruido estridente que hace que ambos demos un salto.

Ago: joder, qué susto *ríe* vámonos a un sitio más cómodo, anda
Ra: sí, que sino tus vecinos nos echan
Ago: si el problema es el ruido, nos echarán de todos modos...

Y aunque es el chiste más fácil y básico del mundo, no puedo evitar reír antes de entrar en su habitación y volver a juntar nuestros labios, hambrientos del sabor de los del contrario.

CUIDADO CON LO QUE DESEAS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora