Capítulo 19 - No

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Nuestros cuerpos siguen pegados, sus labios siguen recorriendo mi cuello y yo sigo sin ser capaz de respirar.

Ra: A...Ago... qué haces?
Ago: es que te he visto bailar desde la otra punta de la sala y me has puesto cachondisimo
Ra: *sonrojado* y mi hermano?
Ago: se fue a ver a Mireya, dijo que en una media hora volvería, vamos a disfrutar de este ratito
Ra: yo no sé si...

Agoney me da la vuelta y atrapa mi labio inferior entre sus labios propinando un pequeño mordisco al terminar que me hace soltar un leve gemido. Lo siguiente sucede todo muy rápido. Entre el alcohol y el surrealismo de la situación lo vivo como si estuviera en un sueño lucido. Y ahora me encuentro encima de un zombie que está sentado sobre la taza del váter. No sé ni por dónde me llegan los besos, pero los acepto todos y cada uno de ellos.

Ago: *repartiendo besos por la cara del rubio* estás guapo hasta de hombre lobo
Ra: *sonríe* habló... creo que eres el zombie más sexy que he visto nunca

El canario vuelve a la carga, esta vez se detiene en una zona concreta del cuello. Me está haciendo un chupetón.

Ra: Ago, estoy muy nervioso
Ago: qué?
Ra: que no tengo mucha experiencia... más bien ninguna, y lo siento si hago algo mal
Ago: espera, crees que vamos a follar? *ríe* madre mía con el pollito...
Ra: *sonrojado* ah, no?
Ago: Raoul, hasta el día de hoy solo nos hemos dado picos, es la primera vez que nos liamos, no estás seguro de ello y estás un poco borracho. Ni de coña vamos a hacerlo hoy, hagamos las cosas con calma, bien y todo a su tiempo. Además no quiero que tu primera vez sea en el baño de Alfred disfrazados de lobo y zombie. Dejemos los fetiches con disfraces para más adelante, anda

Ambos reímos y volvemos a besarnos, o al menos lo intentamos, porque el choque de nuestros dientes provocados por la sonrisa que tenemos en la cara, nos lo impide. Y así seguimos hasta que Alfred avisa a Agoney de que mi hermano ya ha vuelto. Sale primero del baño y, a los pocos minutos, salgo yo. Busco a Miriam y Roi. Nada. Busco a Nerea. Nada. Empiezo a agobiarme. Vale, respira, Raoul. Les mando un WhatsApp a las dos pero, obviamente, ninguna me responde. Busco a mi hermano y lo veo al otro lado de la sala con sus amigos. No, no voy a molestarle. Necesito respirar así que salgo a la calle y me siento en el césped del jardín de Alfred cobijando mi cabeza entre mis piernas.

???: estás bien?

Levanto la mirada y un chico disfrazado de lo que creo que es un fantasma está de pie frente a mí.

Ra: sí, me he agobiado un poco ahí dentro, pero ya está *sonríe* gracias por preocuparte
???: has venido solo?
Ra: no, estaba con unas amigas pero no las encuentro
???: puedes venir conmigo, si quieres...

Me está tirando la caña?

Ra: no, gracias
???: venga, te lo pasarás muy bien
Ra: no me cabe duda de ello, pero prefiero esperar a mis amigas
???: *le coge de la muñeca* bah, ellas han pasado de ti, no? Pues ahora disfruta tú
Ra: *intentando zafarse de él* que no, coño
???: *le da un beso en el mentón* si será sólo un ratito de nada

Este tío no puede causarme más repugnancia. Tiro de mi brazo lo más fuerte que puedo pero me tiene bien agarrado y lo único que consigo es lastimarme el brazo.

Ago: eh, gilipollas, el rubio dijo que no

Me giro y veo a Agoney con los ojos, ahora blancos por el efecto de las lentillas, inyectados en sangre. Dios, qué miedo da. Lo peor de todo? Que el fantasma me suelta y se encara a él con la misma mirada desafiante. Agoney, no hagas ninguna tontería, por favor.

CUIDADO CON LO QUE DESEAS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora