Capítulo 11 - La ducha

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Agoney me quita el casco dejando ver mi cara atomatada. Qué vergüenza...

Ago: no me gustó
Ra: *mirando al suelo* lo siento

Que ridículo, madre mía. Si antes estaba rojo... Pero Agoney me coge de la barbilla obligandome a mirarlo y vuelve a besarme. Esta vez es un poco más duradero.

Ra: creía que no te había gustado...
Ago: *aguantandose la risa* por eso te lo devolví, es lo que se hace con los regalos que no te gustan, no?
Ra: *ríe* serás mamón, me lo había creído
Ago: anda, ponte el casco y vámonos, Casanova, que tu hermano se estará preguntando dónde coño estamos
Ra: o sea, eres tú el que se inventa esa estrategia de mierda para volvernos a besar pero el Casanova soy yo?
Ago: touché

Ambos nos ponemos el casco y, esta vez sí, vamos a casa.

Al: madre mía, qué habéis hecho toda la tarde? *le coge un mechón* tienes... tienes arena en el pelo?
Ra: *se revuelve el pelo* oh, sí
Ago: como no sabía a qué hora volvías pensé en pasar la tarde con él y me lo llevé a la playa
Al: oh, perfecto
Ra: no soy un crío, no tenéis que vigilarme
Al: uy, pero si hablas como Pedro y todo! Qué mono

Puto Álvaro... Agoney estalla entre carcajadas y le sigue el rollo.

Ago: sí, es adorable *le pellizca la nariz* como un bebé

Álvaro ríe y entra en casa dejándonos paso a nosotros.

Ra: *susurrando* sueles besar a muchos bebés?
Ago: sólo a los rubios cascarrabias
Ra: viejo verde...
Ago: enano

Ambos contenemos la risa y seguimos a Álvaro al salón.

Su: hola, cariño y hola, Raoul
Ra: ja ja ja, qué graciosa estás, no, mamá?
Ago: *le da un abrazo a Susana* si me quiere más a mí, acéptalo
Ma: *ríe* hola, Agoney
Ago: qué tal, Manolo?
Ma: muy bien, pero cuéntanos tú que has estado desaparecido mucho tiempo
Ago: buah, es que hay mucho que contar
Su: no hay problema, te quieres quedar a cenar y nos ponemos al día?
Ago: en serio?
Ma: claro, nos sobra comida
Ago: ay, si no molesto...
Al: pero cómo vas a molestar? Además te lo debemos por aguantar al rubio toda la tarde
Ra: oye, gracias, eh?

Seguimos un rato con la coña y, mientras terminan de preparar la cena, Agoney y yo vamos a ducharnos.

Ra: entra tú primero si quieres
Ago: vale, pero es que no tengo ropa
Ra: pilla algo de la habitación de Álvaro
Ago: a ver, que tengo su edad pero no su talla *ríe* no ves que mide cinco metros y medio
Ra: *ríe a carcajadas* anda, ven, que te dejo algo

Entramos a mi habitación y saco un chándal y una sudadera. Cuando vuelvo al pasillo, me encuentro al canario con la cazadora desabrochada dejando su torso al descubierto. Madre mía...

Ra: *mirando a la pared* toma
Ago: *ríe* puedes mirar, eh?
Ra: *sonrojado* vete a la ducha antes de que me adelante
Ago: *se quita los pantalones* vale vale

MADRE MÍA.

Ago: no te pongas así, muchacho, si ya me viste en la playa
Ra: vas a entrar o no?
Ago: *riendo* ya voy, bebé cascarrabias

Me voy a mí habitación y preparo la ropa para cuando salga Agoney. A los pocos minutos, oigo la puerta del baño. Me acerco y la imagen que veo me deja sin respiración. El moreno empapado con sus rizos mojados cayendole por la frente y cubriéndose con una simple toalla...

Ra: qué haces?
Ago: no me diste calzoncillos
Ra: ay, que fallo, ahora voy a por unos

El moreno me sigue a mi habitación.

Ago: lo has hecho a propósito para verme así, verdad?
Ra: *rojo como un tomate* eres un imbécil
Ago: pues por esa regla de tres tú eres más imbécil aún
Ra: por?
Ago: porque te pone un imbécil
Ra: *rueda los ojos y niega con la cabeza*
Ago: *se acerca a Raoul* o es que vas a negarlo?

Dios lo odio tanto cuando se pone así... pero es que me pone más de lo que le odio, entonces esto no renta. Escojo la que creo que es la decisión más inteligente.

Ra: pilla los calzoncillos que quieras, yo voy a ducharme
Ago: *mordiendose la sonrisa* chao, tomatito
Ra: adiós, panda

Cojo mi pijama y voy al cuarto de baño. Una vez dentro, me deshago de mi ropa y me meto en la ducha. Me pongo a pensar en lo que acaba de pasar. La imagen de Agoney recién salido de la ducha vuelve a mi mente junto al mismo Agoney provocandome y acercándose a mí en exceso. Joder, el cabrón me pone mucho... Y, como no puedo evitarlo, poso mi mano en mi miembro y empiezo a masturbarme hasta que me vacío en la propia ducha. Me lavo, me visto y bajo al comedor dónde ya está la mesa puesta y todo listo para la cena.

CUIDADO CON LO QUE DESEAS (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora