Suelto a Temo cuando escucho de nuevo la voz de Pancho. <<¿A que no te lo esperabas, verdad, Temo?>> le dice. Me alejo despacio del cuerpo de mi amigo y lo miro fijamente a los ojos.
—¡Diego! —responde finalmente—. ¿Qué haces a aquí? Espera... ¿Tú lo sabías, desde cuándo? —le reclama su papá.
—Así es, Temístocles —afirma Pancho, con un aire de satisfacción—. Pensé que te gustaría tener al Diego aquí con nosotros.
Temo vuelve a verme y me abraza nuevamente. Ahora sí siento su gesto sincero, diferente al de hace unos instantes. Tal vez se debe a que ya asimiló la noticia. Me gusta sentirme abrazado con tal seguridad.
Enseguida aparecen los mellizos, Julio y Lupita, gritando mi nombre al unísono, como es su costumbre. Señalo que me gusta mucho verlos nuevamente, y que ya los extrañaba muchísimo. Pancho me invita a pasar, y antes de que consiga meter mis maletas a la casa, escucho decir a Aristóteles:
—Bueno, Temo, creo que me voy adelantando para que tú platiques con tu amigo.
—N'hombre, Aris —responde Temo—, pásale tu también. Deja los presento formalmente—exclama colocándose en medio de nosotros y haciendo un ligero movimiento con su mano derecha—: Diego, él es Aristóteles, vive en el piso de arriba. Y Aris, él es Diego, un amigo de Toluca.
Solo un amigo más de Toluca.
—Ya nos conocíamos, Temo —respondo con una sonrisa y extendiendo la mano nuevamente a Aristóteles—. Además, Ari, créeme cuando te digo que ya te conocía lo suficiente con todo lo que me han contado de ti.
La cara de Aristóteles se convierte en una expresión de sorpresa y satisfacción. Posiblemente su orgullo se siente alimentado con el hecho de saber que Temo habla de él.
—¿Ah, sí? ¿Cómo qué cosas? —quiere saber, comprobando mi hipótesis.
Estoy a punto de decirle que sé cómo Temo ha sufrido por su culpa las últimas semanas, cómo confundió a mi amigo y luego lo decepcionó rotundamente cuando por fin pudo sincerarse con él. Pero en lugar de eso, respondo amablemente: <<Pues sé que eres muy bueno para el básquet, que haces videos en internet y tienes muchos seguidores>>.
—Sí, eso es justamente lo que le he contado a Diego —se apresura a contestar Temo, haciendo más que evidente su preocupación a que revelara más de lo necesario. ¿En serio Temo me cree capaz de hacer esas cosas?
—Pues gracias —responde Aristóteles, otra vez con esa sonrisa de satisfacción en el rostro—. Temo no me ha contado lo suficiente de ti, pero me da gusto conocerte. Espero saber más de ti en estos días que estarás aquí.
—Uy, pues van a tener tiempo de sobra pa' conocerse rete harto —terció Pancho. Por un momento me había olvidado que seguía ahí, con nosotros, al igual que los mellizos.
—Es cierto —me aventuré a responder—, esa es la segunda parte de esta sorpresa... ¡Me voy a quedar a vivir con ustedes el resto del ciclo escolar!
Y ahí están otra vez las caras de sorpresa de Temo, Aristóteles y los mellizos.
—¿Es neta? —se sorprende Temo y dirige su mirada a Pancho.
—Yes en inglés, Temístocles.
—Pues qué padre, Diego —vuelve a hablar Aristóteles—, entonces sí tendremos tiempo de conocernos. Y otra cosa, ¿sí van a ir a la escuela? Si no para yo irme solo y no llegar tarde.
—¡Es cierto, papá, ya es tardísimo! —exclama Temo, corriendo junto a sus hermanos para tomar sus mochilas y las bolsas de comida.
—¡Todos a bordo! La Burra nos espera —grita Pancho, acompañando esta última frase con su risa—. Diego, yo sé que estás cansado, pero primero lo primero, vienes conmigo para inscribirte en la escuela de mis hijos.
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COMENZAR DE NUEVO
FanfictionCuando Temo sufre por su amor no correspondido con Aristóteles, Diego se convierte en la única persona capaz de ayudarlo a salir de su depresión y sus crisis. Narrada desde la perspectiva de Diego, esta historia nos contará qué sucede cuando él ll...