Después del desplante de Aristóteles entro al departamento. No lo culpo por no hacerme caso, es obvio que, lo último que quiere, es tenerme cerca y platicar conmigo. Me dirijo directamente a mi habitación, donde Temo está nuevamente sentado frente a su escritorio, con la mirada perdida en la pantalla oscura de su computadora.
—¿Y ya por fin me vas a contar qué te dijeron en la escuela? —pregunto.
—Nada —responde, sin siquiera voltear a verme.
—¿Cómo que nada?
—Bueno, solo me dijeron que procurara ser mejor compañero y que trabaje más en equipo. Pero a Aristóteles lo suspendieron un día... por mi culpa.
—Eso es algo bueno, ¿no? —procuro sonar relajado—. Quiero decir, bueno para ti que no te castigaron ni nada por el estilo.
—Pero me siento culpable por Aristóteles —insiste—. Creo que soy el responsable de su actitud.
—Jamás, Temo. Tú podrás hacer lo que sea, pero al final es Aristóteles quien determina su forma se reaccionar. Ciertamente ahora no fue la mejor manera... Aunque, siendo objetivos, tú te comportaste inmaduro si ese rollo de no querer pasarle el balón es cierto.
—¡Es que no aguanto verlo todo el tiempo! —alega, y después de unos segundos en silencio, añade—: Lo mejor será salirme del equipo de básquetbol.
—¡Por supuesto que no, Temo! No debes dejar que Aristóteles dictamine tus acciones o te diga qué hacer, aunque sea de forma indirecta.
—No sé qué es lo complicado, Diego... Traté de ser directo con él y decirle que nos vamos a comportar como simples compañeros. No entiendo por qué no lo quiere aceptar.
—Temo... —comienzo a hablar, estoy dispuesto a compartirle mi punto de vista. No es normal que Aristóteles reaccione así ante la pérdida de un amigo, si no es porque de verdad lo estima demasiado o siente algo más por él que simple amistad. Sin embargo, no digo nada, simplemente agrego—: Mejor vámonos a comer.
***
Llevo toda la tarde encerrado en mi habitación haciendo la tarea que nos dejaron en clases. Temo también hace lo mismo, pero en absoluto silencio. Al principio traté de amenizar el estudio con un poco de música pop, la favorita de mi amigo, pero me mandó callar enseguida. Así que mi distracción es simplemente mi celular, o mi conversación con Javier, para ser más específico.
<<¿En qué terminó el asunto de Temo y Aris?>>, pregunta.
<<Resulta que Temo solo terminó con una amonestación, pero a Aris lo suspendieron para el día de mañana>>.
<<Y a todo esto... ¿qué pasó entre ellos dos? Me quedé con la historia que nos contó Temo el sábado en el templo...>>, continúa preguntando.
<<Temo y yo oímos a Aristóteles diciendo que le incomoda su presencia, así que Temo se sintió mal y pues... supongo que fue la señal que esperaba para ya alejarse definitivamente de él>>, explico.
<<Wow>>, escribió originalmente, pero después de redactar y borrar constantemente, agregó: <<Espero yo no incomodarte a ti>>.
<<Pues...>>, respondo, acompañando mi mensaje con varios emojis riéndose.
De esta forma continuamos hablando de varias cosas, mientras yo intentaba aventajar mi tarea, pero fue hasta que Javier sacó nuevamente el tema del Baile de los Muertos que me entró el remordimiento por haberle dicho que sí.

ESTÁS LEYENDO
COMENZAR DE NUEVO
Fiksyen PeminatCuando Temo sufre por su amor no correspondido con Aristóteles, Diego se convierte en la única persona capaz de ayudarlo a salir de su depresión y sus crisis. Narrada desde la perspectiva de Diego, esta historia nos contará qué sucede cuando él ll...