Se podría decir que el resto de mi semana ha sido una auténtica pesadilla, excepto por mi relación con Aristóteles que, al parecer, ahora va por buen camino. Hemos estado hablando y viéndonos los últimos días, especialmente desde el lunes que nos suspendieron de clase. Después de hablar con Pancho me mandó a comprar unas cosas a la tienda, y fue de regreso cuando me lo encontré llegando al departamento.
—¡Ari, Ari! —grito para evitar que siga subiendo las escaleras—, espérame, quiero hablar contigo.
—¿Qué sucede? —pregunta, apenas deteniendo el paso para atenderme.
—Nuevamente quiero darte las gracias por ayudarme con lo de Beto —digo.
—Claro... no hay problema —responde y comienza a subir nuevamente los escalones.
—Aguanta... y pues siento que te suspendieran también a ti...
—No es la primera vez que me pasa, así que no te preocupes.
—Otra cosa más —vuelvo a interrumpir su asenso a su departamento—. De hecho, ¿podrías bajar un rato? Necesito hablar contigo y el hecho que estés un metro arriba de mí no ayuda mucho...
—Ok... —responde finalmente, regresando los escalones que nos separan—. ¿Qué pasa?
—Bueno, sigo sin entender por qué te uniste a la pelea cuando no era contra ti. Quiero decir, agradezco el gesto, pero no tenías por qué.
—Beto es un imbécil, alguien tenía que ayudarte a darle su merecido.
—Supongo —es lo único que atino a responder.
—¿Puede ser sincero con algo, Diego? —pregunta Ari, dejando su mochila en el suelo e invitándome a sentar en la escalera.
—Claro, vecino —respondo, aceptando unirme a él sobre los escalones.
—Los últimos meses Beto no me ha dejado en paz... o bueno, no nos ha dejado en paz, ni a Temo, a mí y ahora a ti. A ver, a lo mejor y tú le diste motivos, pero equis, eso no importa. El problema conmigo ni lo entiendo...
—Ya sé, te molesta porque según él eres gay, ¿cierto? —pero no responde—. Aunque supongo que ahora que eres novio de Sonia ya no te dice nada.
—¿De qué estás hablando? Sonia y yo no andamos—afirma seguro de sí mismo.
—¿Terminaron? —pregunto sorprendido.
—¿Qué? ¡No! ¡Jamás fuimos novios ni nada! Pero ya sé por qué me lo preguntas y acepto mi error, porque fue mi culpa —se explica, moviendo teatralmente ambas manos, como para dejar bien claro su punto—. Supongo que estás hablando del día del baile, ¿cierto?
Asiento con la cabeza.
—Bueno, ahora son más cosas de las que puedo sincerarme contigo. A ver, ¿por dónde empiezo? Bien, pues por esos días estaba bastante enojado con ustedes dos porque pensaba que eran novios y demás. Y en mi intento de causarle celos a Temo pues empecé a salir con Sonia, quien en realidad siempre fue mi amiga. De hecho, ahora que lo pienso, quizá siempre le gusté... pero equis, ese es otro tema.
>>Pues resulta que hablando con ella decidí que fuéramos al baile juntos y ella aceptó. Pero yo me sentía muy incómodo. Al final eso de darle celos a Temo salió mal, porque era yo el que estaba ardiendo de coraje cuando los veía a ustedes dos juntitos. Por eso le robé un beso a Sonia...
Trato de interrumpir a Aristóteles para preguntar si todo lo que me está diciendo es verdad, pero es solo sigue hablando a toda prisa.
—Total que cuando hice eso pues a ella le gustó, pero yo no me sentí nada cómodo. Aunque vi que Temo salió corriendo de la pista de baile, no me sentía bien conmigo mismo, así que dejamos también de bailar y nos fuimos a sentar a una banca del patio.
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COMENZAR DE NUEVO
FanfictionCuando Temo sufre por su amor no correspondido con Aristóteles, Diego se convierte en la única persona capaz de ayudarlo a salir de su depresión y sus crisis. Narrada desde la perspectiva de Diego, esta historia nos contará qué sucede cuando él ll...